Recientemente, a finales de noviembre, se ha celebrado el Día Internacional de los Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) merecen especial atención, ya que, las cifras de afectados y afectadas no paran de aumentar y existe gran controversia a su alrededor. A menudo produce vergüenza contar que uno mismo o una persona cercana está sufriendo una de estas dolencias y tendemos a esconderlo. Es importante ser conscientes de que es una enfermedad como otra cualquiera, y, si no nos avergonzamos de una pierna rota, una apendicitis o de sufrir vértigos, ¿por qué si lo hacemos de un trastorno de la conducta alimentaria?
Existen muchos tipos diferentes de trastornos de la conducta alimentaria, y no siempre el reflejo es una persona extremadamente delgada, algunos de ellos son:
- Anorexia nerviosa: se caracteriza por la restricción brusca de alimentos, pérdida de peso y pánico al aumento de peso que suele ir acompañado de realización intensa y excesiva de ejercicio, en algunos casos incluso también de conductas compensatorias como la purga o vómitos.
- Bulimia nerviosa: se caracteriza por atracones y conductas compensatorias. No tiene por qué haber cambios en el peso de la persona que la sufre.
- Trastorno por atracón: un episodio a la semana, durante 3 meses continuados de ingesta de alimentos compulsiva con posterior sentimiento de culpabilidad, habitualmente acompañado de síntomas depresivos y sin conductas compensatorias.
- Vigorexia: obsesión por un cuerpo musculoso mediante la práctica excesiva del deporte, un cambio drástico de la alimentación que lleva a controlar los gramos y kcal de los alimentos ingeridos y que incluso puede llevar al consumo de sustancias perjudiciales para el organismo.
- Ortorexia: obsesión patológica en torno a la calidad de la comida ingerida.
- Pica: es un trastorno que habitualmente se da durante la infancia y consiste en la ingesta de sustancias no nutritivas inadecuadas para el correcto desarrollo.
Actualmente unas 400.000 personas en nuestro país están diagnosticadas con algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria, existen múltiples factores sociales que incrementan el riesgo de que los TCA`s tiendan al alza, entre ellos: la presión en cuanto a la imagen corporal y el modelo de belleza impuesto en la sociedad, sobre todo las normas de belleza impuestas a las mujeres; las críticas, comparaciones, burlas y comentarios negativos respecto al físico de las personas; el sistema de tallas no unificado, el perfeccionismo mostrado en redes sociales e incluso retos de comida/deporte propuestos en éstas, así como la existencia de hashtags y páginas web que, aunque parezca increíble, hacen apología a la anorexia y a la bulimia.
¿Cuáles son las señales de alarma que nos tienen que poner en guardia?
- Excesiva preocupación por las comidas a realizar
- Eliminación de alimentos que hasta el momento se comían con normalidad
- Rechazar planes sociales que incluyan comidas
- Culpabilidad después de comer
- Aumento de la cantidad de agua que se ingiere durante la comida
- Encontrar comida escondida
- Preocupación excesiva por a práctica compulsiva de actividad física
- Cambios en las cantidades de comida ingeridas
- Cambios en la rapidez o lentitud con la que se acaba la comida
- Pérdida de peso injustificada
- Aumento de la frecuencia y tiempo de estar en el baño
- Palidez de la piel
- Mareos
- Falta de energía
- Cambios de humor
- Caída de pelo y rotura de uñas
- Déficits nutricionales como anemia, déficit de vitaminas, minerales…
- Amenorrea (falta de regla)
Es importante no culpabilizar a las personas por sufrir un TCA, ni a sus padres. No es cuestión de educación, no es cuestión de género, no es cuestión de clases sociales. Un Trastorno de la Conducta Alimentaria es un problema que se refleja en la comida, no es un problema con la comida.
Habitualmente, detrás de un TCA hay personas que sufren sensación de miedo, de culpa, impotencia, un alto grado de perfeccionismo, miedo al rechazo, frustración, depresión, gran autocrítica…
Es básico el tratamiento con un equipo multidisciplinar coordinado del que formen parte: psicólogo, psiquiatra, nutricionista, endocrino, ginecólogo… etc
