La pandemia de Covid-19 nos está dejando para la historia imágenes de las principales metrópolis convertidas en ciudades fantasma. Lugo no se queda atrás y un recorrido en dron en una mañana de sábado, en el arranque de la Semana Santa, deja fotografías de las principales arterias de la capital lucense vaciadas de vehículos, de peatones, de vida.
La propia Praza Maior, punto de encuentro para lucenses y turistas, presenta durante estas semanas una inusual imagen, sin un alma tomando el café en los cantones, ni pequeños correteando por la arena de la antigua alameda.
La Ronda da Muralla y el adarve también amanecen y anochecen vacíos, mientras la Avenida da Coruña, por su longitud, es quizá la única vía en la que siempre rueda algún vehículo.
Mientras, las zonas verdes como el parque Rosalía de Castro son estos días, y lo serán al menos hasta el 26 de abril, territorio por el que solo campan libremente las aves que las visitan a diario.
