Un eterno viaje de 12.000 kilómetros desde Tokio, pasando por Madrid, para llegar a Lugo. Decenas de personas esperaban este martes a la campeona paralímpica Adiaratou Iglesias en la estación de tren lucense. Entrenador, compañeros, políticos, amigos y familiares no quisieron perderse el regreso de la doble medallista en Tokio -oro en 100 metros y plata en 400-, que tuvo tiempo de pararse con todos y agradecer su presencia.
Mauricio Repetto y Rubén Arroxo representaron este martes al Concello de Lugo en la llegada de la atleta a la capital lucense. Nadie se quiso perder el gran momento, en el que estuvo, por supuesto, Adolfo Vila, la persona que ha cincelado la leyenda de Adiaratou en el tartán. "Cando collín a Adi tivemos que correxir moitas cousas, traía carencias pero despois de tres anos traballando, crenado unha base sen presión, chegan os resultados. Sen obsesións polas marcas ou polos títulos é como se traballa. As presións son malas compañeiras", explicó, orgulloso.
Iglesias mostró su agradecimiento a todos los presentes por su apoyo incondicional. "Muchas gracias, de verdad", repetía una y otra vez la atleta nacida en Bamako.
La representante Lucus Caixa Rural Galega se convirtió en doble medallista en sus primeros Juegos Paralímpicos tras sumar a su oro en los 100 lisos T13 una plata en los 400, una distancia esta última que apenas había preparado y en la que logró su mejor marca personal (55.53) y el mejor tiempo gallego federado absoluto de esta temporada.
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