El patrullero de la Armada española Serviola liberó al personal de un buque de bandera nigeriana secuestrado en el Golfo de Guinea por nueve piratas.
Gracias a la rápida intervención de los militares españoles, los corsarios huyeron. El patrullero Serviola es muy conocido entre los marineros mariñanos pues participa en las campañas del bonito de apoyo.