Opinión

Se ha cruzado la línea roja

ERA ALGO anunciado pero ha sucedido a una velocidad de crucero superior a lo esperado. Aunque el Instituto Nacional de Estadística (INE) había pronosticado el año pasado que España cruzaría la peligrosa línea roja del crecimiento vegetativo negativo -más fallecimientos que nacimientos- en 2015, todas las alarmas demográficas han saltado al presentar hace unos días el INE su informe sobre la evolución de la población española correspondiente al primer semestre del presente año. España se reduce poblacionalmente a un ritmo de 309 personas al día. Si a finales de 2011 nuestra población alcanzaba la cifra de 46.818.216 ciudadanos, el 30 de junio del presente año habíamos decrecido hasta 46.423.064, casi 400.000 en tres años y medio. De no mediar cambios radicales en la tendencia actual, según las proyecciones del INE, en 2050 la población en edad de jubilación superará en más del doble a los menores de 15 años y en 2080 se alcanzará la tormenta perfecta: la inversión de la pirámide poblacional. El objetivo se muestra como una tarea imposible mientras, entre otras cosas, no cambie la tasa de hijos por mujer en edad de procrear. Con 1,32 retoños por mujer, muy lejos del 2,1 que garantiza el reemplazo generacional, España ocupa el lugar 192 del mundo. ¿Saben quiénes se muestran como gotas de agua con nosotros? Pues sí, ellos: Portugal (1,21), Grecia (1,3) e Italia (1,39). 

Según el estudio del INE, cada vez más españoles dejan España en búsqueda de mejores oportunidades más allá de nuestras fronteras. También en este caso lo hacen a un ritmo más rápido. De primeros de enero a finales de junio de este año, 50.844 han abandonado el país. La cifra supera en un 30% a la del mismo período de 2014 y representa un 23% más que en el semestre anterior. Desde 2008 se ha ido casi medio millón, 427.00 en concreto. Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y Suiza son los destinos preferidos. Se van jóvenes con formación universitaria que al finalizar sus estudios ven aquí muchísima fiesta, golgorio, comilonas, cuchipandas..., pero no un futuro laboral. En el mismo orden de cosas, también lo hacen, y cada vez más, familias jóvenes con hijos. Como afirma el catedrático de la Universidad de la Coruña, Antonio Izquierdo, «está aumentando la emigración familiar». Y de forma sabia el profesor puntualiza: «cuando se desplaza una familia hay menos posibilidades de que vuelva». 

En este contexto, como muchas veces sucede en la vida, alguien parece nadar contracorriente. Cuando tantos y tantos se van, de forma silenciosa una comunidad es cada vez mayor entre nosotros. El 1 de enero era la sexta. Seis meses después ya es la quinta. Quienes no lo sabían lo habrán adivinado con facilidad. Se trata de la china. ¿También en este terreno se mostrarán imparables y pronto los veremos encabezando el ranking? Mientras, y aunque algunos grandes politólogos opinen no hay motivo para la preocupación pues tenemos África al lado con su excedente de jóvenes, un servidor piensa que negros nubarrones y escaso porvenir nos aguarda si no cambiamos la dinámica poblacional, gobierne quien gobierne. Un giro copernicano debemos dar

Comentarios