Opinión

La pobreza se hereda

UNO DE LOS axiomas más utilizado por los teóricos del neoliberalismo económico dominante es el de la igualdad de oportunidades brindado por el sistema. Sin embargo, la actual realidad española muestra como ese mito formal es más un deseo, una aspiración, que una realidad. Lo dicho es una de las principales conclusiones del estudio 'La transmisión intergeneracional de la pobreza: factores, procesos y propuestas para la intervención' realizado por FOESSA (Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), vinculada a Cáritas España, y presentado hace unos días.

El informe presta especial atención a una herencia maldita, la transmisión de la pobreza en el seno de las familias. Muchos de quienes en la actualidad están siendo atendidos por los servicios sociales, son nietos de aquellos que lo fueron hace treinta años. Todavía más, ocho de cada diez niños pobres en la actualidad mantendrán esa situación en el futuro. Entre las causas estructurales generadoras de la transmisión, el análisis destaca el nivel de estudios, la situación laboral, la ocupación y la renta. Tampoco existe una vía única para salir de la situación, pues estamos ante una espiral de pobreza donde, "un factor alimenta a otro y hace que cada vez sea más difícil extraer a esa familia de la exclusión".


Antaño los niños venían con un pan bajo el brazo. 
Ahora son uno de los factores determinantes en el riesgo de exclusión social


Según el dicho popular de antaño, los niños venían con un pan bajo el brazo. Esa situación ha cambiado radicalmente en la actualidad. Ahora, los hijos son uno de los factores determinantes en el riesgo de exclusión social y pobreza. Mientras en los hogares sin menores la tasa de pobreza es del 16%, en aquellos donde los hay alcanza el 23%. La cifra se dispara hasta el 44% cuando las familias tienen tres o más retoños. Los cambios drásticos también afectan a los mayores. Mientas antes conformaban el grupo de población con mayor riesgo de pobreza, esa situación no sucede en la actualidad. El hecho es debido a las prestaciones de la tercera edad, no cuestionadas por ahora. Por contra, la inversión en la infancia está considerada como una responsabilidad de los progenitores.

Como no podía ser de otro modo, y queda dicho, en la formación encuentra el informe otra herencia negativa. A pesar de las mejoras generadas por la universalización de la enseñanza, todavía ocho de cada diez jóvenes incapaces de finalizar Secundaria son hijos de padres que no lograron acabar los estudios primarios.

En la presentación, el coordinador del trabajo, Raúl Flores Marcos, hacía suya una metáfora del polaco Zygmunt Bauman, para quien la capacidad de un puente para soportar el peso se mide por la fuerza de su pilar más débil. Por extensión, la referencia para analizar la calidad de vida de una sociedad debería ser la de sus miembros con menor capacidad económica. A diferencia de hace escasas décadas, cuando para los jóvenes el futuro era una promesa, hoy en día es una amenaza. Semejante anomalía debería abandonarse con la mayor urgencia, pues, como muy bien sentencia el informe, la pobreza presente genera pobreza futura.

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