Opinión

Un disputado billete a Madrid

LAS ELECCIONES generales en Lugo apenas han dado pie a las sorpresas en los últimos años, en los que PP y PSOE se fueron repartiendo los cuatro puestos en el Senado y los escaños al Congreso -cuatro desde que en 1996 la provincia perdiese uno por el declive demográfico-. Tras una etapa en la que UCD había marcado el paso, con victorias electorales en 1977 y 1979, el PP tomó el testigo en la provincia, donde sumó tres actas hasta el año 2004, cuando Lugo decidió dar también su apoyo a la candidatura de Rodríguez Zapatero y dejó un empate a dos escaños entre ambas fuerzas que se repetiría en 2008.

La crisis que se llevó por delante al expresidente del Gobierno y que fue aprovechada por Mariano Rajoy para llegar a La Moncloa tal día como ayer de 2011, le sirvió también al PP de Lugo para recuperar ese tercer diputado. Sin embargo, cuatro años después ese escaño vuelve a estar en alero, sobre todo si se tiene en cuenta la pérdida de apoyos de los populares en las dos últimas contiendas electorales, las europeas de 2014 y las municipales de mayo pasado.

Vista la tendencia del electorado lucense al bipartidismo, la lógica invita a pensar que es el PSOE el partido que más opciones tiene de hacerse con ese disputado escaño, para sumarlo al que se da por seguro que obtendrá. Sin embargo, la convulsa situación que vive el partido en la provincia, como consecuencia de la crisis en la Diputación provocada por el díscolo Manuel Martínez, podría echar por tierra estas aspiraciones.

El PP es consciente de la crisis de su principal contrincante y por ello su presidente en Lugo no para de repetir a los suyos que deben de afanarse en tratar de convencer a quienes les votaron hace cuatro años de que los populares son la única opción para asegurar el crecimiento de España. «Imos ter de novo tres deputados no Congreso e non pasamos por menos», aseguraba José Manuel Barreiro en su discurso en la tradicional pulpada del partido, una alusión que demuestra que en el PP no las tienen todas consigo y que se confirmó tras el cambio en el número tres de la lista al Congreso. La alcaldesa de Triacastela, Olga Iglesias, fue sustituida por la concejala focense Mercedes González Alonso, una cara nueva que busca aportar frescura a la lista popular, pero que sin embargo deja coja la representación de la zona sur de la provincia en la candidatura.

Los populares también realizaron cambios en la lista al Senado, donde causa baja el alcalde de Cospeito, Armando Castosa, para dejar paso a la concejala vilalbesa Sandra Vázquez Domínguez y dejar intacta la cuota chairega. Claro que este relevo apenas tiene trascendencia, dado que el sistema electoral que rige para la Cámara Alta garantiza al partido ganador estos tres escaños, mientras que la siguiente fuerza se quedará el cuarto.

Por su parte, los socialistas mantienen como candidato al Senado al exconselleiro Ricardo Varela, mientras que para el Congreso la apuesta será la hasta ahora diputada Margarita Pérez Herraiz, quien relevó en 2014 a José Blanco tras su marcha al Europarlamento. La lucense fue la más votada en las asambleas de las distintas agrupaciones socialistas, una decisión que fue respetada por la ejecutiva del partido a diferencia de lo ocurrido en Ourense con Laura Seara, vetada por su apoyo en las primarias a Eduardo Madina frente a Pedro Sánchez. Junto a Pérez Herraiz, el PSOE de Lugo situó como número 2 a un joven militante de O Valadouro, Iago Fernández, una apuesta arriesgada para lograr un escaño que va a estar tan disputado.

Pero frente a las dos opciones hegemónicas en estos comicios en Lugo, el 20-D contará con tres candidaturas con posibilidades de adjudicarse ese acta de diputado sin claro dueño. La que más teme el PP, sobre todo porque va a tocar directamente a su electorado, la representa Ciudadanos, que tras un proceso de primarias presenta como cabeza de lista a la procuradora lucense Isabel Cendán.

También se disputarán ese escaño dos listas de izquierdas que, como era previsible, no llegaron a confluir. Por una parte, Nós-Candidatura Galega, la marca del BNG para estos comicios, presenta a la joven Olalla Rodil, mientras que la coalición En Marea, formada por Anova, Podemos y Esquerda Unida, lleva como cabeza de lista al escritor Miguel Anxo Fernán Vello.

Estas dos listas, que de haber concurrido juntas tendrían grandes posibilidades de lograr ese escaño en liza, deberán de esperar a ver qué decide el tantas veces previsible electorado lucense que, quién sabe, igual ya no lo es tanto.

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