Opinión

Turbia política de personal

Los más de 100 puestos cubiertos a dedo en el Concello revelan que es urgente poner orden


SI UNO COTEJA los nombres y apellidos de la plantilla municipal resulta muy sencillo encontrar sagas familiares de funcionarios o parejas en los distintos departamentos, una situación que no sería extraña en una empresa privada, pero que en una administración pública despierta las sospechas sobre si los procesos de contratación se han hecho con todas las garantías de igualdad de oportunidades.

Claro que el nepotismo es un mal que aqueja a todas las administraciones y, de una forma más acusada, a las diputaciones, aunque el problema de este sistema de colocación a dedo, ya sea de familiares o afines al partido que gobierna, es que tiene una dinámica endiablada, porque llega un momento en el que quienes la practican ya no pueden satisfacer a todos.

La presentación por parte del gobierno local de una propuesta de nueva Relación de Puestos de Trabajo del Concello acaba de sacar a la luz más de un centenar de irregularidades en las contrataciones realizadas en los últimos diez años, así como 20 casos de puestos ocupados por personas sin la cualificación requerida. El concejal responsable del área de personal, Daniel Piñeiro, se justifica asegurando que se pretenden "adaptar á realidade" la plantilla municipal, a la vez que expresa un deseo con el que pone en entredicho lo realizado por sus antecesores. "Era bo empezar a levar todo dun xeito máis ordenado", dice.

Pero aunque quizá sea tarde para exigir responsabilidades a quien amparó estas prácticas, lo que parece urgente es poner ya coto a un sistema de acceso al empleo público que no garantiza las mismas oportunidades ya no solo entre los ciudadanos, sino entre los propios funcionarios que quieran hacer carrera en la administración.

Aunque la junta de personal del Concello lleva años denunciando malas prácticas en la contratación pública y también partidos como el PP criticaron un modelo irregular que ellos también usaron cuando gobernaron, la entrada de los nuevos partidos en la corporación podría servir para tomar cartas en el asunto y cambiar una política de personal que, a tenor de lo denunciado el jueves por el sindicato CC.OO., podrían llegar a calificarse como de juzgado de guardia.

La central sindical, que va a pedir una reunión con la alcaldesa y el concejal de personal para exigir un cambio de rumbo y más transparencia en las convocatorias de empleo público, detectó además casos de traslados de puestos realizados irregularmente, diferencias salariales exageradas y sin justificar en puestos similares, incumplimiento de la normativa sobre provisión de puestos de trabajo o cobertura de plazas inexistentes con interinos.

Además, el análisis de CC.OO. sobre la propuesta de RPT desmonta en parte la teoría usada desde 2012 por el anterior gobierno local y el actual sobre las carencias de personal que no pueden ser cubiertas debido al decreto que impide a los ayuntamientos hacer contrataciones. El sindicato explica que aunque hay servicios que corren el riesgo de ser desmantelados por falta de empleados, otros están sobredimensionados, por lo que parece lógico que con una reordenación del personal bastaría para hacer frente a carencias como las que provocan que al Concello le corten la luz por falta de funcionarios para revisar las facturas eléctricas o que no se pueda asumir la gestión de la grúa municipal por parte del parque móvil porque no hay conductores suficientes.

La llamada de atención de CC.OO., que anunció que sus servicios jurídicos estudian actuar para evitar que se mantengan estas malas prácticas, fue tomada en cuenta por los grupos municipales y el PP ya anunció ayer que pedirá la comparecencia en el pleno del concejal de personal para que dé explicaciones.

Mientras, los portavoces de Lugonovo y Ciudadanos anunciaron que trabajan en la presentación de acciones conjuntas en el pleno para reorganizar la política de personal e incluso advierten de que este asunto será una condición sine qua non para dar su apoyo a los primeros presupuestos de la era Lara Méndez. El propio Santiago Fernández Rocha ya había sido el primero en exigir cambios en la política de personal para empezar a hablar sobre las cuentas, por lo que parece claro que o pone luz sobre el asunto o el gobierno local podría perder los mínimos apoyos que ahora tiene.

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