Opinión

La piel del oso de la política

La playa fluvial anunciada hace 10 años es uno de tantos proyectos vendidos con premura

Zona de As Saamasas donde se pretendía ubicar la playa fluvial a la que renunció el Gobierno. Foto: AEP
photo_camera Bañistas en el Miño a la espera de la playa pública. ARCHIVO

No habrá playa fluvial pública en Lugo este verano. Y eso que van ya diez años desde que el entonces alcalde José López Orozco y el que era vicepresidente de la Diputación Antón Bao presentasen a la prensa los planos de la que iba a ser una zona de baño segura en As Saamasas, un lugar que los jóvenes usan cuando llega el calor para darse un chapuzón en el Miño. Las trabas que, según el gobierno local de entonces, ponía la Xunta y la Confederación Hidrográfica para dar los permisos hicieron renunciar a este proyecto años después, sin que nadie se sonrojase por haber anunciado algo a bombo y platillo sin tener atado cómo ejecutarlo.

Es un error común y además repetido y, quizá por ello, los sucesores volvieron a vender la piel del oso antes de cazarlo, esta vez en otra ubicación. Un mandato después de ese segundo anuncio llega ahora la noticia de que la Diputación reclama el dinero concedido en su día para ejecutar esa playa fantasma, a pesar de que ya hay los permisos medioambientales que antaño se negaban. El última anuncio es que se firmará un nuevo convenio para financiar unas obras que se licitarán este año, con la idea de que el próximo, haya o no pandemia, los lucenses tenga una zona pública de baño.

La premura con la que los políticos anuncian los proyectos que, ya sea por cuestiones presupuestarias, por permisos o por imponderables, no se llegan a ejecutar en plazo, acaba por generar frustración, desencanto y descrédito entre la ciudadanía que, aun consciente del truco cuando hablamos de periodos electorales, no entiende los intentos por tratar de memo al votante.

La playa no es por tanto el único ejemplo de obra tantas veces anunciada como aplazada y esta semana también se habló de otra infraestructura, la Ronda Leste, que la Xunta saca del cajón cuando el río baja revuelto y vuelve a guardar cuando se calman las aguas. Se trata de un tramo inconcluso de circunvalación de la ciudad que precisa de una cuantiosa inversión —más de 20 millones de euros— y que permitiría liberar de tráfico la carretera del Rato. Una moción plenaria del PSOE esta semana recordando las promesas del PP fue contestada por los populares anunciando, por delegación de la Xunta, que este mes se licitará la revisión del proyecto, que ya es necesario modificar al haber cambiado la normativa medioambiental desde que se diseñó la obra.

La lista de anuncios prematuros, algunos incluso acompañados con maqueta, tiene también como protagonistas a administraciones como el Gobierno central y su estación intermodal reproyectada, que ahora vuelve a ser piel de oso sin cazar, porque aún siguen sin ponerse de acuerdo los monteros sobre quién tiene que pagar el futuro párking de la instalación.

Pero lo peor a veces no es ver que los anuncios se quedan en el papel, sino comprobar que un edificio como el nuevo auditorio, prometido hace veinte años y entregado hace dos, se aja sin que la millonaria inversión redunde en quien la sufragó.


Desigualdad por barrios

Una estadística del INE pone sobre la mesa la gran diferencia de renta que se registra entre los barrios de las ciudades o entre municipios. En Lugo se detecta que, por ejemplo, se duplica la renta media entre la zona centro y el Sagrado Corazón. El mapa que se ofrece debería servir a entidades como el Concello o la Xunta para ponerse a trabajar en medidas en busca de un reequilibrio y no hablamos de poner más bancos y farolas.

Quejas vecinales al BNG

La federación vecinal continúa su arduo trabajo por detectar deficiencias en las diferentes calles de la ciudad, trasladando cada semana peticiones de arreglo a la concejalía de infraestructuras, gestionada por el BNG. Sin embargo, resulta curioso que no haya reclamaciones vecinales relacionadas con la limpieza viaria, la recogida de basura, el mantenimiento de parques y jardines o la zona rural, áreas gestionadas por el PSOE. 

Comercio reactivado

"Se nota que ahora la gente está más preocupada por comprar en el comercio local". Es el testimonio de una comerciante lucense preguntada por cómo fue la campaña del Día de la Madre. Y ese mismo objetivo de fomentar la llamada economía circular es el que persiguen los bonos descuento impulsados por Xunta y Diputación de Lugo, conscientes de que si muere el comercio se mueren los centros de ciudades y villas.

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