Opinión

Lugo, objetivo 2019 del PP

Los anuncios de la comisaría, la residencia o el Ave indican que ya se pugna por la alcaldía

EL PP lleva 18 años sin gobernar el Concello de Lugo y aunque en 2011 llegó a rozar el objetivo de lograr la mayoría absoluta, la llegada de los nuevos partidos y los recortes aplicados por los gobiernos populares de Madrid y Santiago por la crisis acabaron por dinamitar cualquier posibilidad en 2015. Sin embargo, casi dos años después de aquellas municipales y tras haber logrado reelegir como presidentes a Rajoy y Feijóo , el PP se ha marcado para 2019 el objetivo de recuperar el gobierno de las grandes ciudades y, aunque en Galicia hay alcaldías que se presume que serán intocables, como la de Abel Caballero en Vigo, en capitales como Lugo la pelea podría volver a ser reñida y prueba de ello son los anuncios de inversiones de las últimas semanas. Una nueva comisaría, otra residencia de la tercera edad o una estación intermodal, menos ambiciosa que la proyectada por José Blanco, pero capaz de asumir la llegada de un Ave a la ciudad, son los compromisos más destacados que las administraciones gobernadas por el PP acaban de asumir, lo que viene a avanzar que la precampaña municipal va a ser larga.

El presidente del PPdeG ya había animado a los populares lucenses durante la pulpada de San Froilán a trabajar de cara a las municipales con el objetivo de lograr el mayor número de alcaldías posible. Pero la más deseada es sin duda la de la capital, aunque la actual dispersión del voto, con seis grupos en la corporación, hacen más difícil que haya una mayoría absoluta. La ventaja que puede tener el PP de cara a esta convocatoria es que el desgaste de un gobierno socialista que se encontró con más problemas de los que esperaba Lara Méndez o la división de los partidos de En Marea en dos listas se traduzca en una subida de al menos dos concejales para el PP, que sumados a los de Ciudadanos —si logra mantener sus dos actas— acaben por darle esa mayoría suficiente para alcanzar la alcaldía.


Solo les queda a los populares una cuestión, no menor, por resolver, la búsqueda de un candidato/a de consenso 


Solo les queda a los populares una cuestión, no menor, por resolver, la búsqueda de un candidato/a de consenso entre los dos sectores que ahora hay en el PP de Lugo, el vinculado al partido provincial y representado por Elena Candia y Ramón Carballo, con José Manuel Barreiro como padrino, y el protegido por la dirección gallega, con Raquel Arias como abanderada y Jaime Castiñeira y los fieles de su grupo municipal en la retaguardia.

Porque aunque está ya decidido que Carballo será el próximo presidente del partido en Lugo, su pase a la política municipal no parece tan claro y es por ello que ya salen a relucir nombres de posibles alcaldables, como la candidata número dos en las pasadas municipales, Ana López Pombo, o la concejala y diputada autonómica Encarna Amigo. También sigue vivo en esta pugna el edil Enrique Rozas, aunque su enemistad con Castiñeira le resta tantos puntos como le suma su buena imagen entre el electorado popular. Y quizá por eso el candidato será la última pieza que se coloque en el puzzle electoral del PP de Lugo.

La edil de economía, Ana Prieto, fue la protagonista del último pleno, en el que los asuntos relacionados con su área le obligaron a intervenir varias veces. Su oratoria está aún por pulir, pero en la sombra demuestra capacidad para sacar adelante problemas. Aunque el de la revisión de facturas sigue enquistado, medió con Hacienda para que no se multe a beneficiarios de ayudas de emergencia que no las declararon.

La desaparición del esqueleto de O Garañón de la vista de los lucenses podría ser una buena baza electoral para Lara Méndez de cara a su posible reelección, si es que se decide a optar a seguir ocupando ese sillón, muchas veces incómodo, de la alcaldía. Pero teniendo en cuenta el ritmo al que trabaja la administración lucense, dos años se antoja como plazo muy corto para tramitar los permisos y poner la piqueta a trabajar.

José Manuel Balseiro se tomó en serio el apelativo de superdelegado con el que fueron bautizados tras la reorganización de las sedes autonómicas en 2009 los responsables de la Xunta en las cuatro provincias y Vigo. La frenética actividad desarrollada desde que tomó posesión en noviembre provoca que hasta haya quien le vea como un apropiado candidato a cubrir ese puesto vacante de alcaldable del PP por Lugo.

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