Opinión

Las cuentas no salen

El Concello sigue sin presupuestos pese a que el bus o el auditorio aumentarán el gasto

VA CASI MEDIADO el mes de febrero y el Concello de Lugo sigue sin presupuesto para 2016, aunque las nóminas y facturas se pagan gracias a la prórroga de las cuentas de 2015. Sin embargo, no parece que al gobierno local le preocupe el hecho de no tener un plan de inversiones que ejecutar, quizá porque en épocas de escasez como la actual la ciudadanía no demanda grandes infraestructuras y le basta con que se mantengan en buen estado las existentes.

Pero el problema de trabajar con unos presupuestos caducados son los desajustes que se pueden producir con la reducción de ingresos o la incorporación de nuevos gastos, que en algunos casos pueden tener tanto impacto en la economía local como un imprevisto a fin de mes para una familia.

Y es que las cuentas de 2015 no recogen por ejemplo que el Concello dejó de ingresar desde mediados del año pasado los más de 15.000 euros mensuales que le reportaba el sistema Ora, aunque ese es el menor de los problemas, porque tampoco incluyen aumentos en el gasto como el que se prevé con el nuevo contrato del bus urbano, adjudicado al grupo lucense Monbus. Este servicio municipal, deficitario como cualquier otro transporte público, le suponía un desembolso anual al Concello de unos 2,2 millones de euros, aunque al aceptarse una oferta que plantea casi duplicar los kilómetros recorridos, el déficit en buena lógica también se incrementará, pese a que todavía está por ver en qué medida. Aunque el usuario del bus se beneficiará de la mejora que supone contar con frecuencias de bus cada media hora en 17 de las 19 líneas, lo cierto es que el Concello tendrá que cuadrar los números para no encontrarse a final de año con un agujero en las cuentas del transporte urbano.

También tendrá que revisar el gobierno la asignación del área de cultura para hacer frente a la inminente puesta en marcha de la infraestructura más esperada por los amantes de la música o los espectáculos, el nuevo auditorio. Porque este edificio, que consta de dos escenarios y varias salas de usos múltiples, amenaza con tener un coste de mantenimiento que puede superar el millón de euros al año, contando el gasto en personal, energía o limpieza.

Y este no será el único edificio cultural que se prevé poner en marcha este año ya que, si no se registran nuevos retrasos, también abrirá sus puertas la rehabilitada cárcel vieja, que contará con un pequeño auditorio, una biblioteca o un escenario para conciertos en el patio de celdas, así como con muchas facturas que pagar.

Además, si se ponen en marcha los planes de remunicipalización de servicios, también será preciso aumentar la dotación del capítulo de personal, que desde 2012 se vio reducida debido a que la Ley de Sostenibilidad impidió hacer contrataciones, mientras las jubilaciones se sucedieron.

Las arcas municipales también sufrirán una merma de ingresos por el recibo de la basura, ya que el Concello no puede deducir ante la Agencia Tributaria el Iva que cobra a los vecinos, lo que le supone un coste anual de unos 600.000 euros. El proyecto de presupuestos de 2016 contempla esta corrección, aunque de mantenerse la prórroga de las cuentas de 2015 se estaría generando un nuevo desajuste.

Por si fuera poco, algunas modificaciones que se plantean en las ordenanzas que regulan los impuestos, tasas y precios públicos podrían mermar la recaudación hasta el punto de que apenas haya margen para planificar inversiones, por lo que los cambios en la política fiscal que se marquen para el 2017 deberían de tener en cuenta el aumento de gasto que se avecina.

Por tanto, el reto de cuadrar los números del Concello tiene varias alternativas: subir los impuestos, una medida impopular que podría no ser entendida por el ciudadano; aplicar recortes, algo que ya sabemos de qué le ha servido a Mariano Rajoy, o gestionar mejor para reducir el gasto, controlando más las concesiones y adjudicando contratos caducados. Además, Lugonovo apuntaba esta semana otra medida que ayudaría a recaudar más y equilibrar la cuenta de resultados del Concello: controlar el fraude intensificando la inspección, para evitar que particulares y, sobre todo, empresas eludan el pago de impuestos y tasas municipales. Porque aunque a algunos les suene solo a eslogan, la hacienda municipal somos todos.

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