Opinión

Lara Méndez en la corte de Orozco

VA A SER DIFÍCIL imaginar un Concello de Lugo sin la omnipresente figura de José López Orozco, un político que disfrutó con el cargo desde el minuto uno y que no renovará por un fallido cálculo sobre sus posibilidades de encabezar la lista más votada el 24-M. Su salida de la alcaldía a modo de desahucio fue seguramente un acto de injusticia política, como dijo el secretario local del PSOE, Luis Álvarez, a pesar de que fue sobre todo su partido el principal responsable de la amortización del hasta hoy alcalde.

La jubilación política de Orozco supone además un cambio de ciclo en la vida municipal lucense, que durante 16 años orbitó en torno a un alcalde alrededor del cual era difícil que destacasen otros concejales. Tan solo el actual secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, fue capaz de crecer políticamente gracias a la oportunidad aprovechada hace ocho años, cuando logró la presidencia de la Diputación avalado por el entonces secretario de organización del PSOE José Blanco. El resto de delfines o aspirantes a la sucesión, o lo dejó aburrido de la espera o de la propia labor municipal.

La nueva alcaldesa asume el reto de sustituir al onmipresente antecesor, con un grupo en precario y abocada a los pactos

Por eso la obligada marcha de López Orozco deja a un grupo municipal socialista en precario y a una alcaldesa con experiencia en el gobierno provincial pero con retos complicados, ya no solo por el hecho de tener que ocupar un puesto al que su antecesor se dedicaba las 24/7 sino por estar obligada al continuo pacto con dos fuerzas para sacar adelante proyectos.

La futura alcaldesa tendrá también que sacudirse el estigma que el jueves le colocaba el portavoz popular, el de asumir un puesto con el que no contaba, porque su verdadera intención era suceder a Gómez Besteiro en la Diputación. De la otra etiqueta que le estampó Jaime Castiñeira, la de no ser de Lugo, le será más sencillo deshacerse, ya que al popular tampoco nunca nadie le reprochó en esta acogedora ciudad el hecho de haber nacido en Cospeito. Es más, ni siquiera ninguno de los alcaldes de Lugo de la democracia es natural de la capital lucense.

La primera decisión que tendrá que tomar Lara Méndez, además de conformar un equipo de asesores, será la de elegir entre los otros siete ediles del PSOE a un portavoz que actúe como parapeto frente a las críticas que pueda lanzar la oposición, fundamentalmente del PP y, por lo que parece, también del edil de Esquerda Unida, Carlos Portomeñe.

Será una elección complicada dado que, si como se presume, Juan Carlos González Santín será el elegido en el PSOE para ocupar la presidencia de la Diputación, solo quedarán seis personas como candidatos a ser la mano derecha de la alcaldesa: los nuevos ediles Ana Prieto, Miguel Fernández y Daniel Piñeiro, que debutan en política; los veteranos y orozquistas Carmen Basadre y José Manuel Díaz Grandío, además de la hasta ahora edil de bienestar social Ana González Abelleira.

Con el fichaje de técnicos, el futuro gobierno podría paliar la falta de efectivos para asumir la labor de gestión del Concello

La nueva alcaldesa deberá constituir además junto con su grupo a partir del lunes un nuevo gobierno, que aunque provisional y unicolor, tendrá que asumir la gestión diaria del Concello en tanto no se conforme un ejecutivo de coalición, en el que Lugonovo ya anunció su disposición a integrar.

De llegarse a un acuerdo, que tendrá que ser ratificado por la multicolor asamblea de la plataforma ciudadana, los tres ediles electos de la plataforma ciudadana podrían asumir áreas de gestión, mientras que parece más difícil que el BNG pueda llegar a participar en un tripartito a la primera tirada y podría esperar a cerrar el acuerdo en la Diputación, donde el único interlocutor será el PSOE.

En caso de que el gobierno de coalición fuese imposible de conformar, a la futura alcaldesa le quedará en la manga la carta que otorga la Ley de Grandes Ciudades: la posibilidad de incorporar concejales no electos. Con el fichaje de técnicos, el futuro gobierno podría paliar la falta de efectivos para asumir la labor de gestión de un Concello que mueve al año casi 100 millones de euros de fondos propios, sin contar las inversiones llegadas de otras administraciones o de la Unión Europea.

Lara Méndez, por su trayectoria política y personal, da la impresión de que está preparada para asumir situaciones difíciles. El que afronta a partir de hoy no será un camino de rosas. Y lo sabe.

El PP aplazó su crisis

La crisis dentro del PP de Lugo parecía haberse aplazado ante la posibilidad que López Orozco no renunciase a su acta de concejal y dejase la alcaldía al candidato más votado en las urnas, Jaime Castiñeira. La opción se diluyó el jueves tras anunciar el hasta ahora regidor que se marchaba, aunque el portavoz popular reafirmaba acto seguido su intención de continuar como jefe de la oposición.

Sin embargo, dentro de su partido surgen voces que piden a Castiñeira el mismo gesto que Orozco y dé paso a una persona que durante los próximos cuatro años trabaje con el objetivo puesto en recuperar una alcaldía que a los populares se le sigue resistiendo. La renovación que anunció Alberto Núñez Feijóo podría hacer parada en Lugo, aunque en el PP nunca se sabe.

*Artículo publicado el sábado 13 de junio de 2015 en la edición impresa de El Progreso

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