Opinión

El concello está en campaña

NO RESULTA extraño que durante las campañas electorales el concello se parezca más a un centro de operaciones de los partidos que a una casa consistorial, pero como quiera que en menos de un año vamos por la tercera cita con las urnas, la actividad municipal se está resintiendo por las interferencias que suponen los mítines, actos en parroquias o repartos de propaganda por la calle.

El gobierno socialista, cuya limitada presencia de efectivos ya condiciona a diario su funcionamiento, es quizá el más damnificado por la campaña, a pesar de que algunos concejales evitan acudir a mítines destacados como el celebrado el martes pasado detrás del concello y en el que actuó como estrella invitada Pedro Sánchez.

En cambio, la alcaldesa no ha dudado en desdoblar su agenda para atender los compromisos de partido y apoyar a los dos candidatos lucenses de la lista socialista, los exconcejales Luis Álvarez y Concepción Burgo. En el acto del martes, en el que no se vio ni al exalcalde José López Orozco ni al expresidente de la Diputación José Ramón Gómez Besteiro, Lara Méndez se puso el traje de mitinera y, además de pedir el voto para el presidenciable Xoaquín Fernández Leiceaga, le advirtió de que, en caso de que gane, el mismo día 25 llamará para felicitarle y también para recordarle las promesas que le está haciendo a Lugo, una frase con la que trataría de justificar la utilización del valioso tiempo de una alcaldesa en favor de un acto de partido.

En el grupo municipal del PP, al igual que en el gobierno, la implicación en la campaña va por barrios. Aunque la candidatura al Parlamento autonómico incluye a tres concejales -Encarna Amigo, Jaime Castiñeira y Manuel López-, el grueso del trabajo de campaña lo lleva la parte oficialista del grupo, aquella que en su momento se alineó con la ahora presidenta provincial del partido, Elena Candia. En cambio, de los que apoyaron a Raquel Arias, solo Castiñeira se estaba dedicando de lleno a buscar el voto, hasta que una repentina dolencia le obligó esta semana a guardar reposo.

En el gabinete de comunicación del grupo popular, a diferencia del socialista, que directamente echó el cierre al despacho durante el mitin de Leiceaga y Sánchez, tampoco están dedicados a la campaña, algo que seguramente agradecen, aunque no ocurre lo mismo con el administrativo, que sí da apoyo a los candidatos.

En Lugonovo, tanto el portavoz Santiago Fernández Rocha como el concejal Iñaki García, que figura en la lista, están colaborando en la campaña de En Marea. Rocha actúa de Cicerone para presentar en los barrios y parroquias a Víctor Álvarez, número tres de la lista que encabeza Luís Villares. El portavoz de Lugonovo es de los que creen que las elecciones se ganan en la calle y no en televisión o en las redes sociales, por lo que no duda en sacarle horas al día para, al contrario de lo que ocurrió en las primeras elecciones generales, romper con la neutralidad y afanarse en pedir el voto para la marea.

En cambio, para el único concejal de Ace-EU, Carlos Portomeñe, la campaña de las autonómicas no ha afectado para nada a su trabajo en el Concello, a pesar de que las siglas de su formación política figuran en la candidatura de En Marea. La razón inconfesable de esta postura es que el resultado de las precocinadas primarias de esta coalición provocó que los primeros puestos quedasen copados por nacionalistas, quedando relegados los aspirantes de EU y Podemos.

Mientras, en el BNG están volcados desde hace meses en apoyar a Olalla Rodil hasta el punto de que el empleado del grupo municipal está a jornada completa con la candidata. La suya es una batalla por la supervivencia frente al oleaje de la marea, aunque los dos ediles no descuidan los temas del Concello y sacan a diario al menos uno a la luz pública.

Finalmente, los dos concejales y el periodista del grupo de Ciudadanos se afanaron esta semana en preparar la visita a Lugo del presidente del partido, Albert Rivera. Esta modesta formación en Lugo, que carece del aparato para movilizar asistentes a mítines como los que tienen PSOE y PP, logró citar a un centenar de personas en el acto del hotel Méndez Núñez, casi las mismas que había reunido dos días antes Pedro Sánchez, pero con la diferencia de que el PSOE gobierna en una treintena de ayuntamientos lucenses y la Diputación. Claro que otra cuestión es traducir esta expectación en votos.

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