Opinión

Con ocho basta para gobernar

AL SOCIALISTA Pedro Sánchez le reprochan estos días, no solo desde el resto de partidos sino también desde el suyo propio, que se postule para gobernar con 85 de los 350 diputados del Congreso, una cuarta parte del total. Sin embargo, en la capital lucense tiene un ejemplo de cómo sus compañeros, con solo un poco más de porcentaje de escaños en la corporación, un 32%, dirigen una ciudad sin apenas rendir cuentas a la oposición, o eso al menos es lo que opinan cada vez que comparecen los portavoces de estos grupos. 

Aunque es muy diferente gobernar un municipio a un estado, lo cierto es que las atribuciones que tienen tanto un alcalde como un presidente del Gobierno a través de la fórmula del decreto hacen posible gestionar ambas administraciones sin necesidad de negociar cada uno de los acuerdos que se tomen en las juntas de gobierno o en los consejos de ministros. 

Lara Méndez no tardó mucho en darse cuenta y tras negociar su partido, más bien con poca convicción, un acuerdo de gobierno con Lugonovo que no pudo ser, la alcaldesa conformó un equipo que, aunque exiguo, trabaja como si detrás tuviese una mayoría apoyándole cada decisión que toma. 

Las comisiones previas a un pleno son para los ediles de la oposición un ejemplo de esta forma de trabajo. Ayer [este viernes] mismo se celebraron dos, la de economía y la de desarrollo sostenible, de las que salieron echando pestes tanto el portavoz de Ace, Carlos Portomeñe, como la de Ciudadanos, Olga Louzao. 

La oposición se siente ignorada por las decisiones que toma el reducido equipo de Méndez

El cabreo del primero se debió al modelo de funcionamiento que dice que se trata de imponer desde el gobierno, cuyos concejales se limitan a leer respuestas escritas a las preguntas que se les formulan previamente, sin admitir debate ni la introducción de réplicas. "E logo chámanse socialistas", ironizaba Portomeñe, mientras que Louzao se lamentaba de que no se diesen explicaciones a sus preguntas sobre el plan de empleo que acaba de poner en marcha el gobierno local y que maneja un presupuesto de más de un millón de euros. "Dan ganas de marcharse", aseguraba la portavoz de Ciudadanos, una recién llegada a la política, pero que en este año y cuatro meses en el concello ha podido comprobar la frustrante realidad de la vida política en la oposición. 

Las críticas ayer [este viernes] también llegaron desde el grupo que hasta ahora más fidelidad ha demostrado a los socialistas, Lugonovo, aunque la paciencia de algunos de sus concejales como Iñaki García comienza a resquebrajarse. El edil se lamentaba tras la comisión de desarrollo sostenible de que esté todavía parada una de las propuestas de este grupo que el gobierno local se había comprometido impulsar de inmediato y que incluía la creación de puntos limpios móviles y la puesta en marcha de actividades de sensibilización medioambiental. "Perplexidade e estupor", eran las palabras con las que García definía las respuestadas dadas por el socialista Daniel Piñeiro, a quien reprochaba que desconociese la existencia de una campaña de sensibilización sobre el compostaje doméstico, promovida desde Sogama y que el Concello promociona en su propia web. 

Fueron tres críticas puntuales pero que se suman a las que cada día se pueden escuchar en los locales de los grupos de oposición, donde sin embargo nadie plantea la posibilidad de firmar una moción de censura contra un gobierno que parece dar la impresión de que ignora a la oposición. "¿Y a quién ponemos de alcalde?", se lamentaba una concejala preguntada por esa legítima opción que siempre tienen las corporaciones desencantadas con un gobierno en minoría. 

La pregunta al aire no hace más que jugar en favor de la regidora socialista, que a medida que transcurren los meses parece asentarse más en el sillón de la alcaldía, a pesar de que siguen sin resolverse los grandes problemas que quedaron pendientes del anterior mandato –contratos sin adjudicar, sistema Ora, personal...-– y de que parte de su equipo demuestra todavía falta de rodaje para una gestión sobre la que está muy encima el foco de los medios de comunicación. 

Como el título de aquella ñoña serie de televisión que mi generación se tragó en los años de la televisión única, ‘"con ocho basta"’ para gobernar el Concello de Lugo, ocho ediles de los que solo seis tienen dedicación plena al ejecutivo, mientras que los otros dos deben asumir las tareas fuera del horario de trabajo. Quizá haya tomado nota de esta posibilidad Pedro Sánchez durante su visita al consistorio la semana pasada.

*Artículo publicado en la edición impresa de El Progreso el día 24/09/2016

Comentarios