Opinión

Supervivencia a examen

VAYAS DONDE vayas hay padres histéricos, alumnos insomnes y profesorado de los nervios. Hoy, como todos los junios, es el día de la liberación de los conocimientos: el selectivo. El cuestionado, perenne e insoslayable examen que marca un antes y un después en la vida.

Ese encuentro con Kant y Aristóteles al que la mayoría no volverá jamás, tenía antes más enjundia. Tranquilos chicos, la nota media del bachillerato pondera mucho. Los de la matrícula de honor bajo el brazo, respirad tranquilos. Es verdad que os jugáis décimas importantes en poco tiempo pero malo será. Aprobaréis casi todos los 240 apuntados al trance de escribir a toda pastilla hoy en Viveiro. Bastante más difícil lo han tenido las 400 bandas noveles apuntadas para conseguir 3 plazas para tocar en el escenario del Resurrection Fest. Es broma. Sonreír relaja.

Sé que no estáis para lerias pero lo difícil (y lo bueno) llega tras la selectividad. Y las madres, ¡ay!, que se les van sus niñas y niños. Y las profesoras, nerviosas ante esa feria de la ABAU en la que sacar adelante otra remesa de polluelos. También ellas, preocupadas, se examinan. Llegará el día en que olvidemos los exámenes para dedicarnos a aprender.

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