Opinión

Mensajeros del miedo

UN ATACANTE nacido en el propio Reino Unido, un coche y un arma blanca como armas. Todo bastante inusual para la feroz y terrorífica cara que proyecta el Estado Islámico. Sin embargo, el mensaje de terror que quieren transmitir, ya sea con bombas tipo 11-M en Madrid o atropellos como el del puente de Westminster, es el mismo: no estáis seguros y debéis tener miedo. Quieren que no viajemos, que no subamos a los aviones ni nos conozcamos o acudamos a las discotecas, a los cines, a los centros emblemáticos de Occidente. De vez en cuando, nos envían a sus mensajeros del miedo, con una firma de muerte, para que lo tengamos en cuenta, y repliquemos la alarma en los corazones. Pero nos negamos a vivir con miedo. Vamos a enviar a nuestros hijos a Londres para que disfruten de sus viajes escolares, a menos que Trafalgar Square se torne una batalla campal. Volaremos a Madrid, a París, Bruselas... porque son vecinos nuestros. Lo hacíamos los padres cuando Eta mataba cada semana en Madrid y espero que los chavales de nuestros institutos regresen de Portobello, del Louvre o del Coliseo romano más sabios y con futuro. Pero, sobre todo, sin miedo.

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