Opinión

Un puerto que no da abasto

Era esperar que con nueve mercantes esperando turno para descargar en San Cibrao y después de semanas de trajín con la bauxita por carretera incluso desde Ferrol, la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao disparase sus cifras de movimiento de mercancías en abril, como también lo hará, previsiblemente, en mayo. Ha habido momentos de casi medio millón de toneladas de bauxita frente a nuestra costa y todavía pueden verse cinco grandes barcos fondeados. Algunos, me dicen, capaces de transportar unas 60.000 toneladas.

La propia Alcoa ha sumado una grúa más a la descarga pero solo puede ayudar al Mazinger con un barco pues en el muelle de la fábrica no hay sitio para más. En ocasiones hay que hacer maniobras con los alumineros que cargan para poder agilizar la tarea pero a nadie escapa que, de estar acondicionados otros 200 metros de muelle, podrían descargarse dos barcos de bauxita simultáneamente. Lo que ayudaría en momentos de gran actividad de la planta como la actual.

Si no se ha hecho, ni se impulsó la apertura del dique norte para mercancías como la madera, tendrá motivo político y/o empresarial. ¿Se habría hecho si A Mariña contara con autoridad portuaria propia? Probablemente, sí. ¿Estará ahora interesada la multinacional Alcoa en invertir en ese puerto? Probablemente, y a la vista de otros movimientos, no. Los estadounidenses tienen en gran estima el producto de San Cibrao, pero la fábrica ya no es el último grito del aluminio.

Observando las 451.972 toneladas de bauxita (a las que habría que añadir las descargadas en A Coruña), muy por delante del tráfico del carbón para As Pontes, y superando momentos de hace 18 años, es que perdimos oportunidades al no responder como se debía para que el puerto fuera algo más que aluminio. En lugar de negociar y potenciar todo San Cibrao y Morás, se aumentaron espigones para pesqueros y mercantes pequeños, que rompen una y otra vez con los temporales de invierno. Hablando en plata, vemos que San Cibrao se queda ahora corto para el negocio del alumnio y tampoco puede responder a demandas ciertas como la de meter decenas de miles de toneladas de madera de pino o eucalipto en un barco con destino a China, destino lejano pero atractivo, al que solo se puede acceder con grandes buques que amorticen el flete.

Hay otras circunstancias derivadas de la cortedad de miras políticas habitual. Si al menos Caneliñas estuviera conectado con el Feve, todavía está por hacer, se podría transportar por ferrocarril mucha bauxita a San Cibrao...si la fábrica tuviera un puerto seco que tampoco, a pesar de circular el tren al lado. Recordemos que las placas siguen yendo en camión a Xove paracargarlas en convoyes hacia el País Vasco.

Total, que el puerto está superado, el ferrocarril tan viejo y olvidado que faltan incluso maquinistas y cada dos por tres deja en tierra a viajeros. Mientras, buques en el horizonte deben esperar en un fondeadero inseguro durante los inviernos. Ahí están ahora porque es primavera pero ante un temporal duro el asunto ya no se soluciona pagándoles días de demora (para las navieras están ahí como en navegación). Ante el peligro de garrear y acabar sobre Rueta o A Marosa, habría que indicarles que levantaran anclas y ponerlos a navegar en mar abierto, para capear.

Muchos deberes por hacer, demasiado olvido para una comarca que adolece incluso de una carretera decente. Una pena todo ello, pero es lo que hay. O así nos tienen, entre unos y otros.

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