Opinión

Pagan justos por pecadores

Si me dicen hace 20 años que la CIG se reuniría en Madrid con la patronal de industrias de gran consumo eléctrico para luchar por una tarifa que les facilite una energía más barata, me costaría creerlo. Lo hacen obviamente para proteger el empleo en fábricas como la de San Cibrao. Tampoco hubiera dado crédito a que un empresario del perfil de Donald Trump acabaría impulsando desde la mismísima Casa Blanca medidas más propias de las organizaciones antiglobalización que de los tiburones del capitalismo salvaje.

Un presidente proteccionista se entiende hasta cierto punto para poner el freno al rodillo de una economía estatalizada como la china pero no a los productos de sus socios, que lo fueron del Plan Marshall. Trump lo hace además en plan trilero, con mucho postureo de cara a su mercado de votos interno. Un muro aquí, arancel allí, cuando el problema es que el poder estadounidense hace décadas que se desentendió de su tejido no estratégico (coches, chucherías, ropa...) dejándolo al libre mercado. Por eso este giro antiliberalista Alcoa y otras multinacionales lo ven antiestético y perjudicial. Porque además no arregla la invasión barata de China.

Creo que Europa y sus políticas de medio pelo cada vez pesan menos en un mundo que pivota hacia Asia. Lo terrible es que con la UE creíamos ser más fuertes pero la realidad es que no sabemos muy bien por donde nos van a venir los palos con tanto disgregar el poder. 

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