En cuestión buena suerte, primero hay que llamar a su puerta pues la mala nunca avisa. Imagínense la cara que se les ha quedado a los dirigentes de las mareas o a los de CxG que intentaron desmarcarse del BNG en lugar de continuar la pelea por el poder dentro del mismo. Como hacen las familias del PSOE o del PP al cultivar sus marcas personales. O los del Partido Conservador inglés, en cuyo seno conviven gobernantes a favor y en contra de seguir en la UE.
Sin ir tan lejos, entre los postulantes a alcalde en A Mariña le ha ido bien a Daniel Vega en Ribadeo, a pesar de no conseguir el objetivo, que estaba muy difícil. Le pusieron la proa varios de los del PP local para, al final, arrejuntar de aquí y de allá, subiendo un 45% de votos. Siempre sale mejor la cuenta de sumar que la de dividir, aunque contar hay que contar.
La otra buena o mala suerte, la que se dirime hoy en la junta electoral de Mondoñedo en un acto a priori estéril, afecta al BNG y a Burela Sempre. Ese voto que da el concejal ganador a unos y deja en la orilla a otros tiene pocas posibilidades de moverse. Hubo descuadre de un voto en la mesa de Os Castros pero lo arreglaron con su firma los interventores. Ante eso y no constando en acta, el juez poco puede remover.
