Opinión

El berenjenal de las banderas y las bayetas

En este país promulgamos normas para todo pero no conocemos la ley. Ha tenido que decir un juez que es perfectamente legal, libertad de expresión de un país democrático, exhibir mañana la estelada catalana en el coliseo colchonero, por mucho que sea Madrid, la Copa del monarca y con Felipe V presente en el palco del equipo de sus amores. Puede que la grada se convierta en un duelo de pitos, cánticos , banderas catalanas y españolas, cualquier cosa excepto un partido de fútbol pero, al igual que la bandera española debería entrar libre en el Camp Nou, las esteladas no podían quedar fuera del Calderón. Por Derecho y porque rayaría el ridículo venir ahora con esas cuando hemos aguantado enseñas neonazis y franquistas en los campos, porque el propio Barça viste una equipación clavada a la bandera catalana y España daría una imagen patética si la hinchada culé exhibiese miles de banderas escocesas en plan ‘Braveheart’, como tenían previsto. Son razones pero hay más de sentido común. Si no, el delegado del Gobierno podría llegar a prohibir las bufandas y camisetas de club, las serigrafías del Che y de Mao (bueno,estas no, que China patrocina al Atlético) o el consumo de los profiteroles. Hay mucho resquemor. Han puesto el partido a una hora pésima para los sevillistas y barcelonistas: las 21.30 h. de un domingo. Quizás para que la redifusión al mundo no sea de máxima audiencia. El deporte desata tanta política e ideas peregrinas que incluso en el partido de hoy en el Ramón de Carranza, la ida del play off de ascenso que juegan Cádiz y Racing de Ferrol, han prohibido un tifo o mosaico que iban montar los cadistas. Como era de esperar del gracejo en la Tacita de Plata, lanzaron la Operación Bayeta para dejar el estadio amarillo y limpito. Desde luego, este país necesita más bayetas que banderas.

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