Opinión

Avanzar o ser un cualquiera

ASCENDER O no ascender. Esa era la cuestión el sábado. Esa lleva siendo la cuestión para los aficionados desde que el fútbol es fútbol. El problema es que el fútbol ha dejado de ser fútbol y es también otras cosas: negocio, relaciones económicas, club social, fiesta.

Sucediese lo que sucediese, el Pontevedra puede hoy presumir de un valor tan importante como un ascenso y que escaseó en los últimos tiempos: estabilidad. Es el avance más significativo a nivel institucional desde su salvación en enero de 2011. Que sí, que sí, que la categoría de bronce es deportivamente mejor que Tercera y está más cerca del deseado lugar, la Segunda División, donde el deporte es más atractivo y los ingresos mayores.

Sin embargo, es tan importante para el Pontevedra subir como tener un colchón debajo para que, si se produce una nueva caída, amortigüe el golpe.

La diferencia entre la presente temporada y las anteriores es que se han sentado unas bases que permiten a la entidad ser competitiva en el terreno deportivo y al mismo tiempo ser menos deficitaria. En Hacienda y en la Seguridad Social han empezado a retirar los carteles con un escudo del Pontevedra en el centro y la leyenda ‘Se Busca’.

Si en 2012 el equipo ascendiese, se encontraría con un problema económico en el curso siguiente, en Segunda B. Si el del curso pasado lo lograse y continuase, la dificultad sería la misma. Ahora, en cambio, las finanzas del club tienen un corazón que se va fortaleciendo. Y eso permitirá que el año que viene el equipo vuelva a no ser un cualquiera. A eso sí que se le llama avanzar.

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