SI PARTICIPARA en ¿Qué es un rey para ti?, ese candoroso concurso infantil, creo que presentaría un dibujo de Froilán. De los actuales borbones, ninguno encarna mejor ese espíritu. Dilapidar el diezmo en farras soberanas, usar los privilegios del nombre para abrir puertas que los súbditos ni sabemos que existen, mayestáticas cacerías con riesgo de accidente, pasarse las normas por el real forro... Quizás podría recuperar el derecho a yacer con siervas en su noche nupcial o enzarzarse en alguna riña familiar que lleve a la guerra a media Europa. ¿Es esto un delirante atraso medieval? Claro. Lo lleva en la sangre. Está en la esencia misma de la monarquía.
