Jesús fue un gran emprendedor empresarial, luchador tenaz e inagotable trabajador. Gran dinamizador de la economía de Lugo y provincia.
A nivel social, apoyó el deporte lucense como nadie. Breogán, Estudiantes, Lugo y un largo etcétera. La mayoría de las veces de forma altruista y desinteresada... Alguno dirá: ¿desinteresada? Pues sí, porque lo que él invirtió en el deporte y el retorno que le supuso esa inversión para nada estaban directamente relacionados. Desde mi punto vista, de hecho, algunos equipos, de no estar él detrás, muy probablemente hubiesen desaparecido. Era rara la semana que no tuviese algún deportista a la puerta solicitándole ayuda.
Lo triste de todo esto es que nunca se le valoró como se hubiera merecido, sino más bien todo lo contrario. Me acuerdo de la época en que él tenía poco menos que ausentarse de la ciudad de Lugo para poder andar tranquilo por la calle, puesto que se le hacía responsable de la trayectoria de algún que otro equipo que él patrocinaba.
Espero que a título póstumo seamos capaces de reconocer lo mucho que hizo por el deporte lucense.
En estos últimos tiempos tuve una gran relación con él, tanto a nivel personal como profesional. Lo considero como una persona que fue amigo de sus amigos. Siempre estaba ahí para echar una mano o apoyar una iniciativa social.
Viví con él muchos momentos de su larga enfermedad. Te contaba los tratamientos que hacía con total tranquilidad y afrontando la situación con una entereza fuera de lo común. Luchó contra la enfermedad de la misma forma que afrontó su vida. Nunca se daba por vencido.
