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Se acerca el buen tiempo, la temporada de eventos, los meses de playa… ¿y ahora qué?

Ángeles Novo Martínez es Dietista-Nutricionista en la Clínica Pontón Fisioterapia

Es época de prisas por bajar esos kilitos de más para entrar en el vestido de la próxima boda, para verse mejor en bañador, de querer ponerse en forma rápidamente… ¿cómo la hacemos? 

Es el momento álgido de la venta de productos adelgazantes. Muchas caras conocidas empezarán a promocionarlos, caras conocidas que cuidan su alimentación y se ejercitan durante todo el año, que consiguen esos resultados a base de esfuerzo y constancia, no de tomar productos "mágicos". También empezarán a bombardearnos con superalimentos en las portadas de las revistas y a vendernos dietas con nombre propio que prometen resultados rápidos y “sin esfuerzos”, siempre y cuando se entienda sin esfuerzo pasar hambre, comer alimentos insípidos y tener alimentos prohibidos, además de en muchos casos, gastarse una importante cantidad de dinero. 

Si lo que quieres es verte y sentirte bien, ¿por qué no aprendes a comer en lugar de hacer dieta? Cuando "hacemos dieta" estamos comenzando algo que tiene fecha de caducidad, por lo tanto los resultados también la tendrán, ¿qué pasará cuando dejemos la dieta? Las dietas restrictivas no aportan beneficios a largo plazo y provocan ansiedad porque se prohíben ciertos alimentos. Lo más probable es que cuando se termine la dieta, estés deseoso por comer todo lo que te han prohibido durante el tiempo que duró la pérdida de peso. Este es otro tema, la pérdida de peso, si el único objetivo que existe es la pérdida de peso, es muy probable que la persona acabe frustrada ya que no se tienen en cuenta otros condicionantes más importantes como el sentirse mejor, menos hinchado, que mejore la relación con la comida, hacer mejor las digestiones… en definitiva, que mejore el bienestar general y la salud. Es importante tener en cuenta que la báscula marca un número pero que lo que condiciona el día a día de una persona son otros factores que influyen en su rutina diaria, como por ejemplo dejar de fatigarse al subir escaleras, atarse los zapatos con facilidad, ganar agilidad, dejar de ser dependiente de los productos ultraprocesados… Además, cabe destacar que perder peso no es lo mismo que perder grasa, lo saludable es adelgazar perdiendo grasa y no masa muscular.  

Sin embargo, aprender a comer te proporciona beneficios a largo plazo, ya que los objetivos se cumplirán y se mantendrán. ¿Qué es aprender a comer? Aprender a comer es contar con la información necesaria para poder elegir por ti mismo, es saber diferenciar la comida real de un ultraprocesado, es contar con los recursos suficientes para disfrutar comiendo sano y eligiendo la comida real, es comer de forma consciente. Aprender a comer es invertir en salud, ya que crearás unos hábitos y  cuando dejes de visitar la consulta del nutricionista serás capaz de continuar por ti mismo. No tendrá fecha de caducidad como “ponerse a dieta” ya que un nutricionista será capaz de adaptar la alimentación saludable a tus gustos, por lo tanto no supondrá un esfuerzo para ti, ni estarás deseando que se acabe. 

Como dice la famosa frase de Albert Einstein, "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Así que si buscas verte y sentirte bien, aprende a alimentarte y todo será más fácil. 

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