Opinión

Vini, un rebelde con causa

Vinicius es negro y no se calla. Y ese es su principal problema. Protesta y se encara con quien sea cuando le llaman "mono", del que somos una versión evolucionada. A él le niegan esa condición, lo equiparan con un animal.

Hay más negros en el Real Madrid, de hecho, hay tantos que ya les llaman el Real Black Power: Camavinga, Militao, Alaba, Rüdiger, Mendy, Tchouchaméni y Mariano. Pero es Vinicius, el foco de los insultos. ¿Por qué él? 

Seamos realistas, el chaval ha decidido no tragar con los insultos racistas, que un día sí y otro también profieren contra él. Otros, callarían; él, no, y por eso las personas se vuelven problemáticas.

La de Mestalla fue la décima denuncia por hechos racistas en la que él fue la víctima por ser negro y no pedir disculpas, que lo insulten y no callarse. Vinicius es un rebelde con causa.

El caso Vini, de hecho, ha abierto un debate a nivel nacional, desde las instituciones hasta los bares, sobre si España es un país racista. ¿Lo es?

Yo también me he hecho esa pregunta, todos deberíamos hacérnosla, y he llegado a la conclusión de que el mayor racismo que he visto en los españoles es económico. Me explico: a un negro de Senegal no lo miramos igual que a Michael Jordan. Y ambos tienen el mismo tono de piel.

Evidentemente también hay otros racismos porque Vinicius tiene millones, pero su trabajo se desarrolla en un campo abonado para ser víctima de todo tipo de insultos. Pero no solo por ser negro, los árbitros tienen que oír auténticas barbaridades.

Entonces no será que el problema va más allá del racismo, que tiene que ver intrínsecamente con un deporte en el que está bien visto faltar al respeto al rival. Y donde la violencia verbal se justifica por el fragor de la batalla.

Ya saben, se va al campo a desahogarse, a liberar adrenalina y estrés, a gritar, a vociferar, pero hay límites. Vinicius marcó uno.

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