Opinión

Pau, qué gran chaval

Pau Donés. EFE
photo_camera Pau Donés. EFE
Coincidí con Pau Donés hará veinte años y demostró ser un chaval majete, cercano, en el que no había ni rastro de divismo. Estaba alojado en un hotel de mi pueblo, Espasante, y le pedí una entrevista. Dijo sí. Al final la hicimos en la terraza de la tienda de mi madre, ante la atenta mirada de decenas de personas que se convirtieron en inesperados espectadores. Acabada la faena, no se fue, como sería lo lógico. Aceptó la invitación de mi mamma de tomarse con sus músicos unas cervecitas, unas patatas fritas y unas aceitunas. Allí se quedó durante una hora o más, hablando de lo divino y lo humano, antes de ir a bañarse a la playa de San Antonio como un lugareño más. Así era él, un amor.

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