Cuando me encuentro a algún machista recalcitrante siempre tengo la manía de recordarle de dónde viene (a dónde va ya es otra cuestión): "Tú estás aquí, en este mundo, gracias a una mujer". Absolutamente, y científicamente demostrado. No suele gustar, pero no les queda otra que cambiar de tema de conversación o ponerse a lanzar diatribas. ¿Cómo es posible que sigan existiendo? Quizá sea una cuestión de educación, de réplica paterno-filial o bien se reproducen por ciencia infusa. La cuestión es que ahí están, agazapados en todos los estratos sociales sin hacer distinciones porque no debería confundirse conocimiento con eduación. Y sino acuérdense del profesor Luciano Méndez.
