Opinión

Los coches, cosas de chicos

Comprar un coche es cosa de chicos. No es una suposición, es un hecho... para los concesionarios. Detesto todos los estereotipos por todo lo de cierto que pueda haber en ellos, pero esta vez no me queda más remedio que rendirme a la evidencia: ninguna mujer entre los vendedores de todas las marcas que visité —y fueron muchas—.

A tenor de ese dato, he llegado a la conclusión de que es así porque dan una imagen de conocimiento y fiabilidad al comprador, que miren por donde suelen ser los hombres de la casa. A ellos, lo reconozco, les suele pirrar hablar de cilindradas, motores, llantas, etc..., pero yo soy un hacha en microeconomía del hogar. Y de eso las mujeres saben latín.

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