Blog | Patio de luces

El santo reproche

Nuestras instituciones son incapaces de desarrollar una estrategia turística

NO SE aprecian grandes reformas, ni siquiera un cambio sustancial en la mentalidad de aquellos que tienen la obligación de gestionar con mesura y responsabilidad los dineros públicos. Creo que poco o nada ha variado en los últimos doce meses. En Madrid se está celebrando Fitur, el gran escaparate internacional del turismo patrio. Los sufridos contribuyentes vemos como un montón de representantes políticos, de todos los niveles de la Administración pública, preparan sus maletitas para darse una vuelta por la capital. La disculpa es conocida. Todos aseguran que van a trabajar. Recuerdan que se trata de una cita de referencia para el sector y es casi una obligación estar ahí, para ver y para dejarse ver. Como es habitual, cada uno va a lo suyo. Ni para esto son capaces de ponerse de acuerdo. Los ayuntamientos, las organizaciones sectoriales, la Diputación, la Xunta de Galicia y colectivos varios organizan sus propias expediciones. Imagino que en el recinto ferial unos y otros disimulan como pueden. Sonrisas, apretones de mano y qué bueno que viniste. Aquí, para no perder las buenas costumbres, populares y socialistas se atizaron antes de emprender viaje. Elena Candia y los suyos acusaron a Darío Campos y a su tropa de no haber hecho nada por la promoción turística de la provincia en el último año, ni siquiera poner a funcionar una página web en condiciones. Respondía el aludido, solo para recordar que las competencias en esa materia son del gobierno gallego. Pasaron por Benavente, de camino a Ifema, como "el fantoche que va en romería con la Cofradía del Santo Reproche", que cantaba Sabina.

En julio del pasado año, la Diputación de Lugo presentó su Plan Estratéxico de Turismo 2017-2020, después de recoger durante seis meses las aportaciones del sector. El objetivo de esa iniciativa, según el gobierno provincial, era crear una oferta turística global, capaz de consolidar la demanda, reforzar nuestros aspectos diferenciales como destino de excelencia, innovar y dinamizar la cooperación entre las iniciativas pública y privada. La presentación quedó muy lucida. Eso sí, retirados los lazos y el papel de regalo, escuchamos conclusiones tan demoledoras como que hay que "reorientar la gestión". También ideas tan rompedoras como la propuesta para poner "en valor los recursos patrimoniales, naturales y culturales", fomentar "la calidad y la innovación" y profesionalizar el tejido empresarial. Aspectos en los que nadie había caído hasta ese momento, se entiende. Aunque a los profanos nos puedan parecer generalidades un tanto manoseadas, seguro que encerraban en sus entretelas un cuidado proyecto y una perfilada hoja de ruta. En cualquier caso, pasado el tiempo, no se aprecia un avance significativo en la necesaria conciencia de que juntos podemos presentar y vender un producto más atractivo. Quizás es demasiado pronto. Prefiero pensar eso. De lo contrario, puedo creer que se ha quemado dinero público, y solo para despistar a los nativos con el humo que sale de la hoguera.

Aunque hemos asistido a la presentación de iniciativas y herramientas interesantes, seguramente también provechosas, nuestra presencia en Fitur ha vuelto a evidenciar ese minifundismo con el que estamos acostumbrados a trabajar. No es razonable que la Diputación, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de la capital anden a tortazos a cuenta de un tema en el que todos tendrían que arrimar el hombro. Ser ejemplo, por otra parte, para la iniciativa privada. Aglutinar, coser y unir a un sector que debe presentar un escaparate impoluto. Es lamentable nuestra incapacidad para colaborar y para desarrollar proyectos conjuntos y ambiciosos. La facilidad que tenemos para mirarnos el ombligo, dispersarnos y ser absolutamente ineficaces a la hora de fijar y de conseguir unos objetivos concretos y tangibles. Cada uno viaja con la intención de vender lo suyo. Para hablar de su libro. Las propias administraciones tendrían que recordarnos y repetirse a sí mismas que Lugo sigue siendo un lugar de paso. Nos visita un millón de personas cada año, pero se quedan en la provincia menos de dos días.

Aumentar el número de pernoctaciones y prolongar la presencia de toda esa gente en nuestro territorio tiene que ser el objetivo prioritario de la promoción turística. Da lo mismo que partido gobierne en una u otra institución. Tienen que ponerse de acuerdo y aprovechar hasta el último céntimo que ponemos los contribuyentes en sus manos. No sobra nada. La competencia es feroz. Las rencillas intestinas solo nos debilitan. Son una muestra más de la insensatez de quienes deberían demostrar más aplomo y raciocinio. A Fitur no se va a pasear a gastos pagos para hacerse un par de fotografías. Sobra postureo. Hace falta un trabajo profesional, dejar a un lado los localismos y desarrollar una estrategia provincial, integrada a su vez en la oferta gallega. Tenemos que incidir en todo lo bueno que tenemos y abrir la mente.

La campaña de promoción turística que presentó la Diputación en Fitur lleva por título 'Lugo cambia'. Ojalá. La Cofradía del Santo Reproche no reparte pan.

Comentarios