Opinión

Cuestión de pelotas

AL FINAL todo va a ser cuestión de pelotas. Es lo que están haciendo desde hace meses las distintas administraciones implicadas en el proyecto coral para rehabilitar y revitalizar el barrio de A Residencia. Pasársela de unos a otros. Mía no, tuya. Dejar el balón en el tejado del otro y levantar un dedo acusador para asegurar con firmeza y autoridad que las cosas no se están haciendo de una forma correcta, que hay retrasos injustificados y que no existe voluntad por parte de los rivales políticos para ejecutar las obras previstas y poner a funcionar los servicios comprometidos. Se están alimentando polémicas estériles y debates totalmente absurdos. Los partidos políticos, todos implicados en mayor o menor medida en la búsqueda de una solución, están haciendo mucho teatro. Siembran confusión y se enfangan en enredos difíciles de explicar. Estamos en plena precampaña para las elecciones municipales y se nota. Lamentablemente, los vodeviles y operetas que nos regalan nuestros representantes públicos carecen de gracia. Los ciudadanos prefieren ver los problemas solventados que buscar culpables a la desidia y a la ineficacia.

Si realmente todo es cuestión de pelotas, vamos por partes. Hay una en cada tejado. La iniciativa que presentó la Xunta de Galicia para recuperar el barrio de A Residencia y darle un uso a los terrenos que antes ocupaba el viejo Hospital Xeral no es un proyecto único. Son varias actuaciones que en su día fueron presentadas en conjunto, pero cada una de ellas tiene entidad propia. Por lo tanto, siguen caminos paralelos, pero diferentes y, sobre todo, marchan a distintas velocidades. Si nada se tuerce, la nueva Oficina de Empleo y el Centro Integral de Saúde serán los primeros servicios operativos en la nueva urbanización. El primero porque adaptar las actuales instalaciones a su nuevo cometido no parece una obra demasiado compleja y tampoco excesivamente costosa. En el caso del edificio sanitario porque el gobierno gallego parece dispuesto a licitar la obra de rehabilitación del viejo Materno-Infantil cuando cuente con la correspondiente licencia por parte del Ayuntamiento de Lugo. De hecho, el propio conselleiro de Sanidade se atrevió a ponerle fecha a la inauguración. Dijo que estaría a pleno rendimiento en el año 2020. Presuponiendo buenas intenciones por parte de todo el mundo, aunque sea mucho presuponer, el permiso municipal no debería demorarse demasiado en el tiempo.

Por otra parte, Núñez Feijóo confirmó que la intención de la Xunta es iniciar este mismo año la demolición de la vieja Residencia, o lo que es lo mismo, el derribo del antiguo pabellón central y del edificio de hospitalización. El proyecto para ejecutar las obras ya está prácticamente listo. Será en ese solar, en los terrenos que queden vacíos, donde serán levantados los servicios no sanitarios. Ahí aparecen más pelotas en distintos tejados. Para empezar, está el asunto de la titularidad de la parcela. Los socialistas insisten en acusar al gobierno gallego de paralizar la cesión de los terrenos antes de la moción de censura que tumbó a Rajoy. Los populares aseguran que se trata de un mero trámite administrativo que puede quedar solventado en cualquier momento, porque a fin de cuentas hablamos de una propiedad pública que pasaría de una administración a otra. Balseiro precisaba que el "único problema" podría ser que el Gobierno de España se negase a traspasar la propiedad. De hecho, llegó a decir que "en un par de meses" ese trámite podría quedar solventado.

En cuanto a los servicios que se implantarán en esos terrenos, la cosa no está tan clara. Es evidente que marchan a otra velocidad. Aún no hay proyecto para la residencia de la tercera edad ni para la sede de la aceleradora de empresas aeronáuticas. Según la Xunta de Galicia, en los presupuestos del año que viene figura medio millón de euros, dentro de una partida de gasto genérica, para iniciar los trámites de licitación del centro de mayores. En cuanto a la nueva Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, a día de hoy, no hay nada seguro.

La subdelegada del Gobierno, Isabel Rodríguez, aseguraba que el supuesto compromiso del anterior Gobierno de España con la construcción de la comisaría fue solo de palabra, porque ni dejó "un euro" asignado ni movió "un papel" para materializar sus promesas. Ante esas declaraciones, los populares montaron una performance en el viejo Xeral con alcaldes, diputados provinciales, autonómicos y nacionales, senadores y amigos varios para manifestar su firme apoyo a ese proyecto. Dicen que se trata de un asunto de "voluntad política" y que el PP al menos explicitó eso: la voluntad.

Llegados a ese punto, Balseiro fue incluso más incisivo. Le pegó una patada al balón y lo subió al tejado del nuevo Ejecutivo. Aún dando por cierto que los populares no dejaron ni proyecto, ni presupuesto para ejecutar esa obra, recordó que ahora eso es pasado. Que en este momento les toca a los socialistas explicitar sus intenciones. Si van o no van a hacer la nueva comisaría de Lugo. Sin más. Lo dicho, cuestión de pelotas.

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