EL PSOE PUEDE hacerse el harakiri de dos maneras: pactando con el PP, y pactando con Podemos. Habría incluso una tercera modalidad, la preferida del PP, de Podemos y de los que fabrican las encuestas: nuevas elecciones. Ahora bien; puede que al PSOE no le apetezca nada suicidarse y decida actuar juiciosamente.
Actuar juiciosamente en las actuales circunstancias no parece sencillo, nadie lo hace, pero al PSOE le va la vida, literalmente, en saber hacerlo. Pactar con el partido al que la mayoría de los electores, tres de cada cuatro, ha repudiado con toda la razón del mundo, no puede, a menos que quiera compartir sin comerlo ni beberlo ese repudio mayoritario, y pactar con Podemos, cuyo único propósito político reconocible es destruir al PSOE y merendárselo, obviamente tampoco. Ninguno de los dos, PP y Podemos, son partidos fiables para acordar con ellos la gobernación por las mochilas que llevan, de contenido tan inquietante, de modo que la única manera de esquivar el harakiri pasa, para el PSOE, por olvidarse de pactar ahora con nadie y, cuando Rajoy termine de fracasar en su intento de formar gobierno, postularse con su programa íntegro y que le apoye o se abstenga, que es otra forma de apoyar, quien quiera, corriendo cada cual con su responsabilidad, que ahora parece ser toda, absurdamente, de Sánchez.
Ninguno de los dos, PP y Podemos, son partidos fiables para acordar con ellos la gobernación por las mochilas que llevan, de contenido tan inquietante
Así, ese partido, el PP, que se arroga un gran sentido de Estado y un gran amor a España y a sus estabilidades, podría, en un bello y elevado gesto de verdadero patriotismo, abstenerse en la investidura de Sánchez, que podría lograrla con el apoyo de Ciudadanos y hasta del PNV, de Compromís, de IU y de Coalición Canaria. ¿Por qué no? Si la ciudadanía no quiere más Rajoy, ¿qué razón hay para que éste no se de por enterado, siga mareando la perdiz y pasándole el marrón a los españoles? Absténgase si llega el caso, y verá las cosas que dicen preocuparle, la integridad de España, la salud del Ibex-35, la recuperación económica y demás, a salvo del marasmo.
El PSOE puede hacerse el harakiri de varias maneras. Si decide que no, tendrá que darle un poco más al caletre y hacerle un poco más de caso a Iceta.
