Opinión

Compás de espera

Los ríos y la atmósfera se están limpiando; el planeta está en descanso aprovechando estos momentos de excepcionalidad y los jóvenes se desesperan en su atrincheramiento deseando volver atrás para pedir salir al parque. Más cine por favor nos dejó dicho Luis Eduardo Aute; pero no estamos en pase abierto para todas las edades.

La categoría de Servicio Público no entiende de transparencia y esperamos que el milagro trabaje con los bulos y dé al general José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, la categoría de salvador nacional por haber dicho que trabajan para ¨minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno¨. No estamos preparados para tanta sinceridad. Nos engañan en tierra con cuentas falsas en Facebook; mientras en órbita la Estación Espacial Internacional es hogar de reclusión para seis personas en el tamaño de un campo de fútbol. Está a cuatrocientos kilómetros por encima de nosotros y da vueltas alrededor de la Tierra a una velocidad de veintiocho mil kilómetros por hora. Son dieciséis salidas y puestas de sol cada día. 

La ISS es un ejemplo de unión y cooperación. Representa un puntito blanco y luminoso desplazándose por el cielo que puede observarse antes del amanecer o al atardecer. Supone una estimulante cita para esta época de balcones mientras esperamos puertas que se abran. Existen aplicaciones que comunican por dónde transita y cuándo se hace visible. 

La Estación Espacial Internacional es el ojo que lo observa todo. Un icono de colaboración comercial que funciona sin importarle que los ciudadanos terrestres  hayamos quedado sin voz y el Gobierno esté en fase de hacerse con el Poder Judicial. Un estudiado programa se va desarrollando mientras suenan aplausos un minuto al día. El general José Manuel Santiago se ha convertido en el pavo real del parque al abrirse en abanico  para confesar lo que oyó toda España en rueda de prensa. Un comunicado había sido previamente remitido a los responsables de la Guardia Civil en todo el territorio. En su intervención de esta semana recordó que lo primero son las personas no las  ideologías.

En estos momentos se planea una Comisión parlamentaria para la reconstrucción económica, las redes sociales y las televisiones ponen humor alimentados en el  Covid19 y mientras los números siguen intercambiándose en gráficas sin final. La música resuena en todas partes, hasta el mismísimo Beethoven está quejoso de que este año no se le vaya a rendir el recuerdo merecido con motivo de su nacimiento hace doscientos cincuenta años en Bonn. Sus nueve sinfonías ponen música en este proceso. A ritmo de ¨La heroica¨ estamos afectados en la salud y en la sordera porque ni escuchamos ni entendemos;  pasamos los días con ¨Esperanza¨  marcando espacio mirando al cielo  y con ¨La pastoral¨  la naturaleza y el paseo  bucólico alimentan el devenir aunque sea con burbujas higiénicas para hoteles y mamparas para restaurantes. Al levantar el confinamiento sentiremos la tentación de hacer llegar a la humanidad el ¨Himno de  la alegría¨.

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