Este año, más que ningún otro, todos los niños y niñas se merecen disfrutar como nunca del Día de Reyes. Y es que no solo se portaron bien, sinoque han demostrado una capacidad de adaptación que no superan ni sus Majestades de Oriente. Han convertido las cuatro paredes de su casa en un parque de atracciones y le han sonreído a la adversidad. Han hecho del salón un cine y de la cocina el plató de Masterchef. Han visto el lado positivo de echar de menos a sus amigos y le han dicho adiós a los malos recuerdos en el primer paseo. Se adaptaron a las mascarillas, al recreo sin fútbol y a una vida con demasiadas pautas. Por eso este año, sin duda, los Reyes Magos no encontrarán ni un solo niño al que dejarle carbón.
