Opinión

Un récord muy dudoso

EL MIÉRCOLES batimos un récord del que estar orgullosos. Calcularon que fue el día en que más gases de efecto invernadero se liberaron a la atmósfera en los últimos quince millones de años. Tengo suficiente fe en el género humano como para saber cuál será nuestro siguiente paso: «Esto no puede quedar ahí». Y no quedará. Mientras, seguiré leyendo complacido muchísimas teorías, como esa sobre el problemón que causan las boñigas de vacas y cerdos a la capa de ozono. 

No sé por qué me quejo, porque no soy nada ecologista y se me da mal la agricultura. Pero sospecho cosas: las tortillas están más buenas hechas en una cocina de leña que en una de gas y no digamos que en una vitro; no pudimos sustituir los asados ó espeto; hace 25 años que no pruebo una trucha de río; no sé dónde hay ni un solo cerezo silvestre; hay tomates todo el año, o algo que tiene su forma y color, no su sabor; me bañé en octubre y encontré templada el agua del mar; insultan demasiado para mi gusto al dueño de Tesla (la marca coches eléctricos); no conozco a nadie que sepa cómo se fabrica el plástico. 

Ahora bien, no protestaré jamás mientras calque un botón y sí, se haga la luz.

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