Blog | Recto verso

Un problema de bandera

ESTÁ CLARO que las banderas siempre acaban dando problemas. A veces no se sabe ni cómo se llegó a ellos. Otras hay confusión en torno a lo que representan. Sobre sus colores, sus matices, sus intenciones, sus atrezos (ese toro en medio de la española...), los hombros que envuelven.

Todavía se ven algunas republicanas el 14 de abril en algún balcón suelto por ahí. En Ribadeo hace muchísimos años que se organiza una cena de republicanos ese día, aunque son pocos los que cuelgan la bandera en el balcón. No es por desalentarlos, pero esta generación no asistirá al advenimiento de la Tercera República. Hubo un momento hace unos años en el que se sumaron un montón de factores que hicieron tambalearse de nuevo a los Borbones. Fue cuando se juntó el ascenso fulgurante de Pablo Iglesias con la reata interminable de desahucios, la desvergüenza de los bancos en su clímax, preferentes, subrogadas, corrupción por todas partes y, aliñándolo todo, el caso Nóos, Urdangarín, la Infanta, Su Majestad metiendo la pata una vez tras otra, incluso literalmente, y el papel nunca aclarado de aquella tal Corinna con pinta de conseguidora de altos vuelos y escasos miramientos. Si aquello se prolongase tal vez solo seis meses más, entonces sí que estaría todo a punto para que de nuevo recorriese las calles el "Jamás, jamás, jamás volverán los Borbones a reinar", como ya pasó en 1868.

El distintivo azul de Adeac está generando cada año una polémica de mayor calibre

Pero allí trabaja gente muy inteligente, con muchos medios y aún más apego a sus puestos de trabajo que hicieron básicamente lo mismo que hizo Isabel II en aquella rebelión: "Hay que cambiar para que nada cambie". Tocaron algunas teclas, sacrificaron algunas piezas y todo está de nuevo en su sitio. Tenemos una reina algo borde, pero con buen tipo y nariz respingona, un rey no tan campechano como el anterior pero mucho más profesional, unas infantas desaparecidas del mapa y unas princesas muy monas que, como les pasó a sus tías, salen por la tele cuando su madre las lleva a clase el primer día del curso.

No todas las banderas tienen el alcance de esa, con la corona en medio. Ahora están de moda las azules de las playas. Generalmente, porque faltan.

Lo de las banderas azules de Adeac es un caso digno de estudio. No tengo la menor idea de dónde sacaron el invento ni cómo empezaron, pero hace 30 años tener una playa con una bandera azul era una cosa muy seria. En los últimos años es difícil distinguir si ese distintivo cayó en la democratización o en la cotidianeidad, pero la realidad es que ya no es lo mismo.

Hubo un momento en que Melchor Roel, cuando era alcalde de Viveiro, se plantó y dijo que pasaba olímpicamente de pedirlas. Hubo quien se rajó las vestiduras pero, en esencia, puede decirse con escasísimo margen de error que pasar, lo que se dice pasar, no pasó nada. Las playas de Viveiro tuvieron más o menos la misma gente aquellos años que el año pasado, en que Area volvió a lucirla.

Este año en Foz no comprenden cómo es que A Rapadoira, la joya de la corona, se quedó sin su bandera después de años y años ondeando al viento.

En Barreiros, su alcalde, Alfonso Fuente, se peleó con el responsable de Adeac José Palacios y, quién se lo iba a decir, tiró de los argumentos de Melchor Roel para dejar que su municipio ni siquiera opte a tenerlas. El año pasado se las quitaron porque, al parecer, no tiene suficientes socorristas. En el caso de Foz, a Adeac no le vale la calidad del agua, ni en A Rapadoira ni en Areoura. Al parecer, ahora, cuando hay una depuradora cerca, te la quitan y listo.

Hay poco que decir: es un club privado y tiene sus normas. Si no te gustan siempre puedes hacer lo que hizo Barreiros.

Aunque en ese caso concreto, se podría hacer alguna reflexión a mayores. El tema de los socorristas: hace ya unos años que los alcaldes vienen poniendo el grito en el cielo por la falta de medios de la Xunta de Galicia a la hora de subvencionarles la contratación de socorristas aunque, eso sí, suben las exigencias notablemente.

En el caso de Barreiros la cosa se complica porque los ocho kilómetros de playa de los que muy justificadamente presume exigen bastantes de esos socorristas. Resulta bastante sencillo decir que en Adeac te tienen manía. Es más comprometedor alzar la voz contra tu propio partido para pedir más apoyo económico para un servicio absolutamente fundamental. El alcalde de al lado lo hace. Un día de esos en los que el de Barreiros visita Ribadeo invitado por la Xunta, pueden ponerse de acuerdo y pedir juntos más socorristas.

EL GUSTO: La vía verde, una reivindicación que sería fundamental

ESTE DOMINGO se celebra en A Pontenova una concentración de senderismo de grupos de gallegos y asturianos que tiene un protagonismo especial: la reclamación de la ejecución de la Vía Verde del tren minero de Ribadeo a Vilaoudriz. Hace ya años (en época del PSOE) que el proyecto está redactado, pero convenientemente archivado. Sería algo fundamental que eso se concretase porque sería la primera de Galicia. 36 kilómetros para disfrutar de un paisaje que va del mar de Ribadeo a la montaña de A Pontenova pasando por el río de Trabada y San Tirso. Sería un gran revulsivo.

EL DISGUSTO: Falta muchísima información en la plaga de la patata

ESTOS ÚLTIMOS días en los que diez furgonetas del Seaga recorren los pueblos y aldeas de los municipios mariñanos recogiendo las patatas de los vecinos para que la plaga de la polilla guatemalteca no se extienda resulta palpable la enorme desinformación que existe sobre lo que había que hacer. En Medio Rural no tuvieron en cuenta en ningún momento las características de la zona: gente mayor en entornos dispersos, para planificar cómo hacerles llegar que tenían que sacar las patatas y entregarlas. Sí que lo anunciaron en prensa, pero lo de ir casa por casa no es solo para cuando hay elecciones.

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