Opinión

Tres días a la intemperie

LLEVO UNOS días preocupado porque no sé nada de Donald Trump. Imagino que sigue en la brecha, pero llevo tres días desconectado así que no sé si empezó a hacer una colecta en Tijuana y Ciudad Juárez para que le financien su particular muro de las lamentaciones. Tampoco pude seguir la evolución de la industria armamentística en Wall Street. Una estadística curiosa decía que cuando ganan los demócratas las ventas de armas se disparan, por usar un símil facilón. Como si Hillary Clinton fuese de Greenpeace. Ahora es cuando realmente hace falta un buen Colt 45 como el de Harry el Sucio, no sea que por error acabes en un acto de Donald y te identifiquen como lo que sea que no les gusta: mexicano, hondureño, puertorriqueño, sudamericano en general, español (no nos diferencian), negro, indio, hindú, animalista, pacifista, miembro de alcohólicos anónimos, actor, profesor, pobre o al menos no suficientemente rico, guardabosques, discreto, no adicto al juego, alérgico a los reality shows y a los tupés por implante, árabe, musulmán, ingeniero informático, aficionado a la lectura, exprisionero y, sobre todo, chino. Trump detesta los ‘Todo a 1 dólar’. Nada por debajo de 1.000.

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