Opinión

Teoría sobre los husos

HACE UN tiempo que muy a menudo envío mensajes a Hawái a través de Twitter. La frecuencia se incrementó estas semanas atrás gracias al amigo Donald Trump y a peripecias vitales que no vienen a cuento. El cruce de mensajes fue creciendo hasta tal punto que me está resultando muy duro asimilar que la Tierra es redonda. Hawái está tan lejos que empiezo a tener problemas con los husos (qué bien usar esta palabra sin forzar el contexto) horarios. Cada vez que mando un mensaje, pongamos en miércoles, como hoy, no sé si allí lo reciben en jueves o todavía es martes por la noche. El sol nace por oriente, ¿pero Hawái es el principio de oriente o el fin de occidente? La cosa llegó al punto de que estamos descoordinándonos de tal modo que me llegan mensajes de cosas que aquí aún no pasaron y yo envío comentarios con los que les destripo las noticias de un día al que ellos no amanecieron. Todo está enloqueciendo tanto que ayer pregunté de qué trataba mi columna de hoy para cerciorarme de que ellos viven ya en el futuro. Pero me llegó un airado mensaje de Twitter advirtiéndome seriamente de que esto es la vida real y debo respetar los husos horarios. Y en esas estoy.

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