Opinión

Retirada de excrementos

AYER HIZO tres días que me encontré la misma bolsa con mierda de perro en la calle. La miré por tercer día consecutivo y me pregunté si querrá decirme algo o es solo lo que parece: algún buen ciudadano quiso recordar a todos los ribadenses lo que implica tener un perro. Se lo agradecemos, en serio.

Da para metáforas muy sencillas. Todos nos preguntamos cómo es que siguen ahí un montón de excrementos que vemos a diario. Están en lugares que saltan a la vista, como algunos lineales de los supermercados, los puestos de dirección en empresas del Ibex 35 o las listas de invitados a los besamanos de los reyes. Hacen esa genuflexión ante la reina Letizia y todos nos echamos las manos a la cabeza salvo ella y su marido, aunque seguramente solo porque no pueden. Tienen contratos muy estrictos con el tema del tratamiento de la basura y, al contrario que Juan Carlos, parecen cumplirlos a rajatabla.

Veremos de aquí a treinta años si la cosa es como parece, pero por ahora si se mezclan con excrementos sociales tratan de asegurarse de que al menos pagan sus impuestos. Con ellos se financia el cuerpo de limpiadores que un día los retirará de circulación si contaminan nuestras calles. Porque los excrementos no van a quitarse solos.

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