Opinión

Peticiones y previsiones

TENGO UNA amiga que trabaja en los telediarios de TVE y me va poniendo al día del confinamiento en la trastienda de la tele y en las calles de Madrid. Hace ya cuatro semanas, en medio de aquella histeria colectiva, la enviaron a la salida de un súper a pulsar las motivaciones que llevaban a la gente a arrasar con el papel higiénico.

Mi amiga, que aunque es muy tímida lleva ya veinte años en el ajo y le sobra callo, tuvo sus dudas sobre cómo plantear la pregunta y de camino a un hipermercado iba dándole vueltas a la forma de abordar a la gente sin que se notase que, en realidad, les preguntaba si se les había ido la olla.Para su sorpresa, no tuvo ningún problema y todos los encuestados vinieron a responderle lo mismo: se está acabando el mundo. Ahora afronta encargos mucho más livianos: mamparas, peluquerías que afilan las tijeras, bares que amplían las terrazas, cosas así. Y aunque cada cual le cuenta su película al final, básicamente, todos vuelven a coincidir: vale, el mundo puede que se acabe o puede que no, pero todos quieren dinero y lo quieren ya.

Dio igual que la enviasen a entrevistar a un directivo de la Ceoe que a un sindicalista o a un productor de vino. Así que mi amiga, que es bastante de derechas, se está empezando a apenar de Pedro Sánchez y a preguntarse si habrá dinero contante y sonante para tanta gente. Como soy muy pesimista yo le digo que ni por asomo y que, en el fondo, concuerdo con los del papel higiénico: se está acabando el mundo. Sírvame otros ocho rollos.

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