ENCUENTRO una cabriola singular que le pidan explicaciones a Facebook sobre lo que hace con los datos de sus usuarios. Pues venderlos, ¿qué creían que hacían? ¿Acaso alguien se pensaba que todas esas preguntas que hacen son solo para darnos conversación? Pues lamento sacar a alguien de su canastillo de recién nacido, pero Facebook es un negocio pensado para ganar dinero con lo que ponemos ahí. Y no me refiero a esos comentarios sobre nuestras vacaciones o sobre cuestiones que nos parecen importantísimas pero que a ellos les importan un algoritmo.
Ahora bien, dicho eso me parece un pavoneo excesivo eso de que salgan algunos de sus directivos de tercera con el plumaje de colores a restregarnos sin ningún rubor que gracias a ellos triunfó el Brexit. O que lo que les vendieron al equipo de Trump era tan valioso que les dio el empujón que necesitaban para llegar a la Casablanca. ¿En serio? Un día alguien se llevará un disgusto al darse cuenta de que los datos de Facebook son perfectos para saber qué vamos a comprar mañana, insuficientes para saber qué vamos a votar y erróneos para saber qué vamos a pensar. Eso, por ahora, ni siquiera está al alcance de García Ferreras.
