Opinión

El Mundial de la ignorancia

YA ENTRÉ en contacto con el Mundial de Catar. Por ahora se debate entre una apología del tedio y una oda al ocultismo. Esa ceremonia inaugural fue bastante patética. En cualquier fiesta temática de las que ya casi nos sobran en A Mariña el espectáculo es mil veces más entretenido. El partido inaugural fue una broma de mal gusto seguida de un directo de Luis Enrique con mucho de showman y nada de geografía.

Ayer echó a rodar el balón y con él todas las verdades ocultas que se van revelando si miras con atención la cara de Infantino, el capitoste de la Fifa que no sabe qué hacer con las manos y espera como agua de mayo que algún jugador haga algo de interés, lo que sea, para que dejen de fijarse en que los cataríes no son tan tontos como parecía y dijeron que lo de vender cerveza, tururú. Como truco para llevar allí el Mundial estuvo bien, pero que sea cierto es otra cosa, y no va a pasar.

En TVE en Madrid deben de quedar cuatro y la caja, con todos desplegados por Catar. Los comentaristas aparecen sudando pero ni uno solo menciona siquiera ese asuntillo de tener que jugar al fútbol en medio del desierto. Pelillos a la mar. A ver si al menos se filtra una foto de una de sus periodistas con hiyab. Entonces habremos encontrado petróleo.

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