Opinión

La pela es la pela

EN AGOSTO de 1987 un conocido se coló en el instituto, nunca supe cómo exactamente, y se hizo con una documentación a la que hubiese aspirado Wikileaks en caso de que sus responsables hubieran nacido: el examen de latín de septiembre. Era una filtración vital toda vez que en junio nos lo habíamos quitado de encima calculo que media docena en una clase de treinta y pico. Alguno puso tanto empeño en disimular para no sacar un 10 que acabó suspendiendo con examen y todo. Aquellos días hubo una gran camaradería entre pequeños delincuentes y el examen circuló de mano en mano sin restricciones para conseguir que nadie aprendiese una sola palabra de la lengua de Virgilio. Hace unos días sucedió lo mismo en Barcelona con una notable diferencia: los cuatro Dionis adolescentes implicados repartían los exámenes pero a 300 euros la pieza. Hacen muy bien los Mossos d’'Esquadra en empufarlos y espero que sobre ellos caiga todo el peso de la ley. Por cutres. Lo de robar exámenes en el instituto se hace desde siempre, pero convertirlo en un tráfico de órganos con ánimo de lucro es lo peor. Tan jóvenes, y ya contribuyendo a los chistes de catalanes.

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