Opinión

La baja de Jordi

CUANDO ME preguntan qué personaje histórico me gustaría ser siempre digo lo mismo: Jordi Hurtado. La gente se lo toma a cachondeo hasta que ven que yo no me río. Si jugasen un trivial Jordi Hurtado contra Plinio El Viejo el presentador de la tele le pasaría por encima. Para lo antipático que me cae, lo forzada que le veo la sonrisa y la nula gracia que tienen sus chistes, me sorprende que tengan millones de fieles entre los que me encontré varios años. En torno a Jordi Hurtado surgen lagunas inquietantes para los amigos de la nave del misterio. A la que más enjundia le veo es saber cuánto sabe él en realidad. Porque de saber tanto como aparenta me asalta una pregunta obvia: ¿Por qué no va a ‘Pasabalabra’ o a ‘Quién quiere ser millonario’?

Siendo, como digo, un personaje histórico, su baja médica desde el 9 de mayo en la presentación de ‘Saber y ganar’ hará que por consiguiente se produzca una anomalía histórica.

No le envidio la papeleta a Luis Larrodera, su sustituto antinatural. Imagino que aceptaría el empleo por lo que todos estamos pensando: en ese puesto el tiempo se detiene. Eso sí, que se prepare porque le tocará ir al Reto todos los días.

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