Opinión

Informe de la realidad

ALGO INCREÍBLE de los bancos es su armamento dialéctico. Si fuese uno de esos escasos inspectores de Hacienda investigaría sus donaciones a la Real Academia Española de la Lengua por si hay afinidades. Por ejemplo: al Banco Santander le parece que las empresas familiares no tienen futuro y que tienen que crecer para sobrevivir. Acto seguido, los chicos del banco dicen que, no obstante, son casi el 90% de las existentes y que desde el 2008 pasaron de 4,7 trabajadores a 5,1. Las grandes, que tanto le gustan, pasaron de 3,1 a 3. Lástima que nadie entienda nada de nada. Pero verá, una clave está en que mola mucho más quedar con un picatoste en el palco del Bernabéu que con un currela en el bar de la esquina, eso es así. Otra, emparentada con la anterior, es que los gerifaltes te llevan de crucero a las islas griegas, en tanto que con los bulliciosos propietarios de una Citroën Berlingo no puedes aspirar a nada que no sea tomarte unos cacharros si te los encuentras de buenas un sábado por la noche. Y sin embargo se obstinan en existir, sin plantearse exportar algo, aunque sea a Portugal. Así colocan las vajillas, pero ni una sola entrada para la Fórmula 1.

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