AYER APRENDÍ mientras desayunaba algo apasionante. Entre sorbos de Cola Cao me explicaron la variante ferruginosa de lo del huevo y la gallina: qué fue antes, el tornillo o el destornillador. Resultó ser el destornillador, que se inventó para dar una vuelta a los clavos, a los que hacían una muesca en la cabeza. Luego me embobé un rato en un bucle de antes y despueses. Se me vino a la cabeza si inventaron antes las luces de freno en los coches o fueron primero los golpes por detrás. Si hay llaves porque había ladrones o si se empezó a robar porque había cosas bajo llave.
No hay información como la información inútil
También se me vinieron a la cabeza chorradas fácilmente comprobables, del tipo: ¿Qué fue antes, Rocky o La Guerra de las Galaxias? ¿Qué fue antes, Nike o Converse? Y también alguna dudosa: ¿Los bares o los camareros? No está tan claro como pueda parecer, o yo no llegué a una conclusión definitiva. Encontré argumentos a favor y en contra de cada opción y acabé algo frustrado. Luego bajé en ascensor y no volví a pensar en ello hasta hace unos minutos, que lo recordé para escribir esto.
No hay información como la información inútil. Es la clave del triunfo de internet. Por si hay dudas, primero fue la información inútil.
