Opinión

Fiarse de las apariencias

QUIEN MEJOR sabe que las apariencias importan son los heavies. Van molando con sus camisetas negras con calaveras y sus melenas cuidadas con lo último de Revlon. Esto, que es de dominio público, no todos lo dominan, como los  directivos de Adif. Se ve en el juicio por el accidente de Angrois. Hay dos acusados. El conductor del tren no solo intuye que no se va a librar sino que parece que anhela pagar su parte por lo que pasó. Busca una redención que necesita para volver a pegar ojo.

De otro lado, un capitoste de Adif al que hasta su apellido le perjudica: Cortabitarte. Pero aún más le hunde su aspecto. Ya debería saber que no conviene ir a un juicio en el que te acusan de provocar indirectamente 80 muertos con pinta de ser el conde Drácula. Por eso le dieron una colleja por detrás, porque visto de frente parece que vaya a chuparte la sangre. Y por eso pidió su abogado un aplazamiento. No fue para desestresarlo, fue para desvestirlo.

La historia del Derecho está llena de inocentes a los que declararon culpables solo por parecerlo. Cortabitarte parece un culpable de manual. Hasta puede que no solo lo parezca. Si yo fuera su abogado miraría cada mañana si me aparecieron marcas de colmillos en el cuello.

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