QUE YO recuerde vi dos episodios de Cuéntame: los dos primeros. Con todo, sé quién es Carlitos. Eso es ser famoso. En los últimos diecisiete años se transformó en Carlos y ahora su alter ego, Ricardo González, deja a Carlos encerrado en la tele, en una serie que iba para un par de temporadas de los 60 y mira.
Ahora que dejará la pequeña pantalla Carlitos se va a estampar contra con 2017. No va a ser broma convencerte de que los Alcántara no existen y cosas peores, como que el teléfono (el de Ricardo González) deje de sonar, no habrá invitaciones a fiestas y cualquier día pasarán dos cosas: te confundirán con un tipo de Supervivientes y saldrá otro niño por la tele que sepultará tu memoria.
A efectos prácticos esto implica una cosa terrible de la que no sé si es consciente: se convertirá en una persona normal. Ser un tipo normal está sobrevalorado porque en el día a día los canapés son mucho peores y el zumo de naranja siempre es de tetra brick. Así que nada, Carlitos está a punto de abandonar a Ricardo en la vida real. Un día le llamará por teléfono a ver cómo le va: "Cuéntame", le dirá. Y como en el chiste el otro le dirá: "¿Sabes quién es el presidente aquí? ¡Albert Rivera!".
