Opinión

El resbalón de Carolina

TODOS, y quiero decir todos, los resabiados  de la modernidad, los expatriados del futuro, los ácratas de la posverdad, los tolerantes a la lactosa, los postulantes del boli Bic, los cofrades del siglo XX, los vacunados en el brazo izquierdo, los picapedreros jubilados, los astronautas en órbita, todos los telespectadores de la nada y ladrones fracasados, hasta los nostálgicos del serrín en los bares estamos a tope con Carolina Bescansa. ¿Por qué? Pues porque no tenemos la menor idea de lo que es un Telegram ni nos importa. Solo interpretamos. ¿Qué interpretamos? Interpretamos que haya mandado un documento al parecer importantísimo como un Telegram. Si tan importante era eso que iba a acabar con los huesos de Pablo Iglesias en un aula de la facultad de Políticas como si fuera un zulo de Guantánamo, ¿por qué no lo mandó por correo certificado? Y si tenía prisa, certificado y urgente. Mal hecho, Carolina. Con lo lista que eres, parece mentira que cayeses en las trampas que nos tiende el siglo XXI. Sabiendo que ni los sms de Rajoy son seguros, ¿a dónde ibas tú, miña xoia? Fue una crisis de fe. Podemos debe rehabilitarla y ella confiar de nuevo en el vuelo de las palomas mensajeras.

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