Opinión

El currículum y el doble filo

TIENE CIERTA gracia que Microsoft acabe de comprar Linkedin. Para neófitos, Linkedin es un gigantesco contenedor a donde van a parar los currículums de la mitad del planeta y de tres cuartas partes de los españoles que buscan un trabajo. Te apuntas allí, mientes de forma moderada sobre tus conocimientos y exagerada sobre tus habilidades con los idiomas y durante un tiempo en tu fuero interno confías en que sirva para algo. A partir de ahí se supone que un algoritmo se ocupa de tu futuro y te pone en contacto con alguien que te sacará las castañas del fuego sin que muevas un dedo. Como en el método de siempre, poco a poco te vas desengañando. Lo curioso del asunto es que al dueño de Linkedin sí que le miraron el currículum los de Microsoft, y les pareció convincente, tanto que le compraron el invento por un dineral que le va a enviar directo a Hawái. Cada día borro del correo electrónico un par de invitaciones de gente que no conozco para «unirme a ellos en Linkedin». Debo prestar más atención no sea que borre una del gabinete de prensa de Donald Trump. Sé de buena tinta que el tipo anda buscando hispanos. Aunque me da mala espina para qué nos quiere exactamente.

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