Opinión

Egos entre fogones

A LA pregunta de dónde le gustaría estar hay una respuesta automática y subconsciente que ni siquiera tiene que ser cierta: «Tumbado en una playa del Caribe». A lo mejor ni siquiera te gusta la playa o intuyes que hoy por hoy según qué sitio del Caribe no es exactamente un paraíso. Pero es lo primero que nos sale. Si luego te paras a pensarlo, lo mismo te inclinas por una discoteca en Candanchú o el bar del hotel Marriott. Estos días yo lo tengo clarísimo: en Madrid Fusión. Nada me gustaría tanto como colarme entre esos cocineros con egos del tamaño del 'David' de Miguel Ángel. Puestos a pedir, aunque es imposible porque está muerta, me gustaría ir con mi tía abuela Josefa, que fue una cocinera fuera de lo normal. Iba a captar con rapidez que el 80 por cien de lo que hacen allí se basa en la decoración y la mezcla de productos locales con los del Lejano Oriente. Otra cosa es que ellos aprendiesen a hacer su crema pastelera, sin jengibre ni ralladuras de lima. Aunque allí aún queda gente normal. El marido de Cristina Pedroche, Dabiz Muñoz, hizo una demostración y luego le preguntaron a Arzak si le había gustado. Y dejó claro que él sí es un genio de verdad: «A mí lo que me gusta es su mujer».

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